Todos tenemos uno en casa

Columnistas

Es un excelente producto desde su creación, aun cuando no contemos con el dinero
suficiente, tratamos de tener los más actualizados, su uso está considerado como un
producto básico (no suntuario) y prácticamente no podemos “movernos” si no contamos
con su presencia, estoy hablando de los celulares, los cuales existen en cantidad de
8.650 millones en el mundo, mientras que la población llega a 8.200 millones de
habitantes.
Es que me pregunto, los de la vieja guardia (aquellos que tenemos más de 60 años de
edad) cómo pudimos vivir tanto tiempo sin conocer un celular, en nuestra niñez
jugábamos con los niños de la cuadra, bastaban dos piedras o dos suéteres para
simbolizar un arco y, a jugar futbol se ha dicho.
Las niñas con sus muñecas y las casitas, simulaban una familia real y hacían gracia de la
creatividad de la época, sin embargo no podíamos comunicarnos tan rápido, ni tomar
fotografías o peor ver “cómo hemos salido”, enviar mensajes solo se lograba a través de
las cartas con el tradicional carterito, hacer operaciones matemáticas con tanta rapidez
era tarea imposible, sin embargo con el advenimiento de la tecnología y el nacimiento
del celular, se están logrando pasos agigantados en estas tareas.
En Ecuador con una población de 18 millones, la estimación es que existen 17,56
millones de conexiones móviles, es decir su presencia es imprescindible en nuestro
diario vivir, pero debemos mencionar también los efectos negativos de su uso, como son
problemas de audición, dolor en las manos, dolor en el cuello, en la espalda, incluso la
posibilidad de desarrollar cáncer cerebral (OMS).
En Ambato contamos con 370.000 habitantes y me imagino que existe igual número de
celulares con sus pro y contras en su usanza, es una realidad innegable que no lo
podemos ocultar, el caso es, la forma apropiada de su uso y lo que toma la posta en este
sentido es su uso para entretenimiento a través de redes sociales, dejando a un plano
secundario los procesos de investigación, negocios y mejora profesional; entender que
la tecnología llega para quedarse, innovarse y que debemos aprender a convivir con ella,
es muy costoso (dinero, tiempo, capacitación) sin embargo es la realidad que debemos
adaptar a nuestro diario vivir.

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