The Big Don Naza Money / Hernán Marcelo Guerrero

Columnistas, Opinión

Una vez más, una muchedumbre de incautos fueron a dejar dinero, donde  los vendedores de ilusiones, que ofrecen premios y un pago de intereses que haría multiplicar el dinero de los ingenuos depositantes. Esto siempre ha terminado en el desplome monumental de una pirámide construida a base de incautos que como los brujos les han hecho una limpia de sus bolsillos y todos sus capitales habidos. El famoso vendedor de ilusiones ha sido un sargento del Ejército llamado Miguel Ángel Nazareno Castillo, alias Don Naza, captador de los dineros de los ambiciosos,  y la autoridad mucho ha tardado  en reaccionar ante un hecho público y notorio. Ya que si en un negocio alguien pone por decir, cien dólares y al cabo de una semana le dan noventa y le devuelven su capital, el negocio lucirá redondo aunque sospechoso. Pero el esquema de las pirámides financieras es el mismo que opera desde hace tiempo.

En el país han existido varios sistemas piramidales de depósitos y dinero fácil. Uno de ellos acabó en cisma, cuando los depositantes invadieron la oficina del notario Cabrera en Machala. Ellos exhibían unos sucios papeluchos como supuestos recibos de sus depósitos a cambio de los cuales los instigadores de la pirámide ofrecían ‘el oro y el moro’. Y en verdad cayeron muchas personas de origen humilde, así como también personajes de alto rango social.  Pero la ambición rompe el saco, la pirámide se desmoronó y el notario de marras murió en un confuso episodio nunca aclarado.

Economistas y Abogados tributaristas en riesgos e inclusión financiera de la Superintendencia de Bancos, saben y reconocen que, no tienen  capacidad legal para pedir cuentas, hacer revisiones ni imponer sanciones a las instituciones financieras falsas que proliferan en el país. Según los profesionales los artículos 62 y 142 de la Ley de Instituciones Financieras solo permite controlar a las entidades formales, y todo lo demás queda en una zona obscura. En otras palabras, tanto la Superintendencia de Bancos como la Superintendencia de Economía Popular y Solidaria solo pueden publicar alertas sobre las empresas fraudulentas y hacer campañas de concienciación de cara a la ciudadanía. Por otro lado, el Servicio de Rentas Internas (SRI) también tiene grandes limitaciones para detectar esas estafas. “Normalmente no se usan facturas legales, sino recibos y pagarés que quedan fuera de cualquier control. El mal uso de un RUC solo se puede determinar con una inspección en el sitio, luego en una denuncia en la fiscalía”.  Sin embargo, la situación se  va calentando ya  habido bala  bala y la fiscalía tendrá que esclarecer todos estos hechos, por lo que se deben tomar acciones contundentes a corto plazo. Por ahora don Naza, el vendedor de ilusiones,  se ha hecho humo y sus depositantes se han quedado con los bolsillos limpios.  (O)

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