Superávit Fiscal, imperativo en el 2021 / Edison Narváez Z.

Columnistas, Opinión

2020, año marcado por la presencia de un enemigo silencioso (Covid 19) que puso de rodillas a la Globalización obligándola a una cuarentena global, destrozando la economía y matando a más 14.000 personas en el país y 1.8 millones de personas a nivel mundial.

Evidentemente, esta Pandemia pilló a nuestro país con una crisis fiscal sin precedentes, a marzo (cuando se inició la pandemia) el déficit fiscal estuvo en $3.384 millones, y al cierre del año se calcula que este déficit en $8.563 millones es decir 8,5% en relación al PIB. (Producto Interno Bruto). Ciertamente el PIB ha sufrido una caída de 106 mil millones a inicio del año a 96.000 millones a finales del 2020, es decir una fuerte reducción de los ingresos de alrededor de $10.000 millones Esto ha significado pérdida de empleo y aumento de la pobreza en el país, la tasa de desempleo se llegó al 13% en plena pandemia y terminará en el orden del 6,6% (es decir alrededor de 520.000 personas pertenecientes a la población económicamente activa están desempleados).

La crisis generada tanto por la pandemia como por el manejo mediocre de la economía, se la vislumbró desde varias ópticas, pero sin duda la manera más directa fue la liquidez, es decir los recursos monetarios que dispone la economía para que pueda funcionar.

Ciertamente la dolarización hace que la economía pueda disponer de circulante (dólares) a través de la balanza de pagos, es decir mediante inversiones del exterior, remesas, deuda y principalmente exportaciones; es decir nuestra economía funciona en base a los dólares físicos que se encuentran en circulación, y los que están depositados en las instituciones financieras que normalmente se transforman en crédito a micro, pequeñas y grandes empresas.

Dicho de otra manera, la liquidez del estado es un flujo monetario, por tanto requiere de una gestión eficiente; eso significa que no se puede hablar de que existe o no liquidez, sino de una buena o mala gestión de la liquidez.

Evidentemente, las fuentes de liquidez se han deteriorado debido al fuerte impacto que han sufrido las cadenas productivas, y ciertamente la recuperación será lenta.

Uno de los aspectos importantes que deja es te gobierno es la reestructuración de la deuda externa, particularmente de los bonos por $17.400 millones de usd, intercambiados por nuevos bonos 2030, 2035 y 2040. Evidentemente será un paliativo a la liquidez de la economía, lo cual permitirá que más recursos sean destinados a la reactivación económica y por su puesto al manejo de la crisis sanitaria. 

Otro aspecto importante es la derogatoria de la norma que daba al Banco Central la potestad de emitir dinero electrónico, con lo cual ya no se puede crear la moneda inorgánica que eventualmente daría fin a la dolarización; así también la eliminación del Anticipo del Impuesto a la Renta y la derogación de la Ley de Plusvalía que planteaba la confiscación de la propiedad privada, al quedarse con el 75% de la ganancia en las ventas de inmuebles.

Evidentemente el presidente Moreno ha librado algunas de las normas diseñadas para que funcione el Socialismo del Siglo XXI. No obstante, es imperativo trabajar en la sostenibilidad fiscal es decir transformar el déficit en superávit fiscal. Dura lucha para el próximo gobierno.

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