Suerte o muerte: las apuestas de la cop 26 / Ing. Patricio Chambers M.

Columnistas, Opinión

La Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (COP26) celebrada este mes en Glasgow (Reino Unido), tuvo como objetivo acordar y acelerar la acción sobre el Acuerdo de París y establecer los nuevos objetivos climáticos para los próximos años.

Más países que nunca se comprometieron a reducir las emisiones, alejarse del carbón, eliminar la deforestación, hacer uso de tecnologías limpias y destinar fondos de ayuda para proyectos medioambientales en los países menos desarrollados. En todo caso, similares promesas del pasado no dan lugar a mayor optimismo para el futuro.

Estos acuerdos permitirían detener el aumento de la temperatura media global a no más de 1,5 grados centígrados para finales de siglo y sembrar las bases para reconstruir economías locales y globales, estableciendo un camino sostenible hacia la recuperación de nuestro planeta.

Los líderes de las distintas naciones deberán tomar las medidas necesarias para reducir las emisiones, así como desde las economías más fuertes movilizar los fondos necesarios para ello e impulsar la adaptación y la resiliencia.

Por ejemplo, la India convino en reducir a cero sus emisiones netas para 2070, con un objetivo a medio plazo de instalar 500 gigavatios de capacidad renovable para 2030, considerando que es el segundo mayor consumidor de carbón del mundo y obtiene casi el 70% de su electricidad a partir de este material.

Los 10 principales países productores de carbón del mundo: China, India, EEUU, Japón, Corea del Sur, Sudáfrica, Indonesia, Rusia, Vietnam y Australia, junto a Brasil se comprometieron a lograr cero emisiones netas.  

Por otra parte, más de 40 países entre los que se encuentran Ecuador, firmaron una declaración sobre la acción para detener la deforestación para 2030, comprometiendo USD 12.000 millones en finanzas públicas y USD 7.200 millones en finanzas privadas para poner fin y revertir la deforestación y la degradación de la tierra para el año 2030 y alcanzar así la meta de protección.

También se anunció un plan internacional de tecnologías limpias respaldado por más de 40 países, incluidos Reino Unido, EEUU, India, China y Turquía, para hacer que las tecnologías limpias sean más asequibles en todo el mundo, centrándose en la energía, el acero, el transporte por carretera, bajas emisiones de carbono, hidrógeno y agricultura.

Aun así, tenemos que estar conscientes de que no estamos listos para enfrentar los fenómenos meteorológicos extremos, los cuales han afectado enormemente a todo el mundo y puesto en evidencia que ni los países más prósperos están listos para afrontar las consecuencias del cambio climático.

Esto nos lleva a no sólo pensar en lo global sino en lo local, donde las empresas deberán aportar con la reducción de carbono hacia la atmósfera y de igual modo, es importante lo que hacemos en casa también. Nos espera un futuro caluroso. Según informes científicos algunas de las devastadoras consecuencias del calentamiento global ya son inevitables, sin embargo, todavía hay una pequeña oportunidad de evitar que sea peor. (O)

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