¡Somos tan Insignificantes! / Edison Narváez Z.

Columnistas, Opinión

Mientras el Planeta se convirtió en una aldea global producto del extraordinario desarrollo de las comunicaciones, que incluso permiten a las personas ser testigos de los hechos mientras estos están ocurriendo (tiempo real). 

Mientras este mundo globalizado ha generado la cultura del consumismo en una sociedad que consume de una manera desmedida, irresponsable y sumisa ante el bombardeo publicitario y el capricho de las multinacionales.

Mientras la tecnología ha ofrecido al hombre un pequeño teléfono en donde cabe toda la información, en donde el conocimiento ya no está en la cabeza de las personas sino en “la nube”.

Mientras tanto, ¿Que significa todo esto?… Nos hemos dado demasiada importancia como seres humanos, tanto que hasta creamos un nuevo Dios (El Mercado), y un nuevo templo (El Mall) a donde acudimos los feligreses a gastar o malgastar el dinero…. ¡Que ironía! Frente a toda esta afrenta, el mundo globalizado, tecnológico y comunicacional se arrodilla frente al Coronavirus y no ha podido frenar la expansión de esta pandemia.  Somos tan Insignificantes; este Virus ha provocado cambios determinantes en la sociedad y la actividad humana, como la suspensión forzada de las actividades productivas y comerciales que ya empiezan a pasar factura, y la pregunta es qué hacer para pagar salarios, arriendos y otros gastos.

Somos tan Insignificantes; mientras el mundo se debate entre la vida y la muerte, la ciencia continúa contrastando respecto de la transmisión del Coronavirus, que podría darse por respiración normal y no únicamente por las partículas expulsadas al toser y/o estornudar…. Y aún no tenemos la cura; evidentemente esta pandemia COVID-19 ha originado la mayor batalla epidémica en lo que va de este siglo.

Somos tan insignificantes, estamos viviendo momentos difíciles, que mientras la Ciencia lucha por darle fin a esta pandemia, el mundo vuelve a tomar acciones de generosidad para colaborar con todo lo que podamos para nuestros semejantes, volvemos los ojos hacia la economía solidaria y a la reflexión familiar,  y nos acordamos de sembrar pensamientos positivos y nos damos cuenta que la felicidad es algo que sembramos en el corazón y  después la experimentamos en nuestro mundo externo, tengamos o no la gran casa o el gran auto, nos damos cuenta que la felicidad no depende de eso. Nos hemos   volcado hacia la Fe, hacia el reconocimiento de que solo Dios nos puede ayudar a salir de esta Pandemia que ha puesto al mundo globalizado de rodillas…. Somos tan Insignificantes. (O)

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