Solo una mascota se salvó

En el barrio El Progreso de la parroquia Atahualpa tres familias despertaron con la novedad que habían envenenado a sus perros. En total fueron diez los que habrían comido restos de carne, pero uno se salvó.

Paulina Moposita entre lágrimas contó que hasta se endeudaba con tal de comprar arrocillo o avena para alimentar a  sus mascotas a las que consideraba como parte de la familia. En su casa tiene once perros, en su mayoría adoptados, cuatro murieron la madrugada de ayer al comer restos con veneno. A uno, al que lo llama ‘Mani’ logró salvarlo con las recetas antiguas: le cortó parte de la oreja derecha y le dio de beber agua con jabón. “Salió mucha sangre negra, envenenada. Esperemos que se recupere totalmente”,  contó Paulina.

María Moposita es otra de las afectadas, a ella le mataron dos de sus perros, una era ‘Princesa’, la más cuidadora y la que estaba atenta a todo movimiento extraño. “Pienso que nos están matando a los perros porque quieren venir a robar”, comentó la afectada.

Miguel Ángel Moposita, también sospecha de delincuentes que primero matan a los perros para después delinquir en el sector. Los policías acudieron hasta el sitio y recomendaron a los afectados enterrar a sus mascotas. “Sabemos que es un delito, pero  no tenemos prueba de quién fue para denunciar. Pero sospechamos que sean delincuentes porque por varias noches hemos visto a carros extraños e incluso en la madrugada vimos a un hombre con un traje plomo en los terrenos”, dijo Paulina.

En este sector los vecinos esperan más patrullajes de parte de los servidores policiales, porque piensan que la muerte de los canes  tiene algún fin delincuencial. (I)