Siervos del Estado / Luis Fernando Torres

Columnistas, Opinión

La tendencia a depender económicamente del Estado ha crecido exponencialmente en España. A 17 millones de españoles les paga el Estado, incluidos 8,8 millones de jubilados. Entre los beneficiarios del pago están los empleados públicos, unos 2,6 millones, los 1,1 millones de trabajadores autónomos a los que se les ayuda, 1,8 millones de desempleados y 3,4 millones  que se han acogido a las ayudas por pérdida temporal de empleo.

Solamente a 11,2 millones les paga la empresa privada, es decir, el 37% de asalariados depende de ella, mientras el 63% se debe al Estado.

Los gobernantes socialistas y comunistas, Sánchez-Iglesias, quieren acrecentar su influencia directa sobre la vida de los ciudadanos con la aprobación de una renta básica estatal para todos los españoles en edad de trabajar. Con ello, ya no serán sólo 17 millones a los que les pague el Estado.

En España, el Estado es grande y obeso. La deuda pública supera el tamaño del PIB. El déficit fiscal devora los altos impuestos que pagan los españoles y los préstamos y ayudas del Banco Central Europeo.

Ecuador no se parece a España.

El IESS cuenta con unos 3,5 millones de afiliados, entre empleados públicos y privados, y alrededor de 500.000 jubilados y pensionistas. Al ISSFA y al ISSPOL cotizan unos 80.000 militares y policías en servicio activo. Si los servidores públicos llegan a 500.000, los empleados privados bordean los 3 millones de personas.

En otras palabras, en Ecuador el Estado paga a no más de 1 millón de servidores públicos y jubilados y pensionistas. En el sector privado se encuentran 3 millones de afiliados al IESS y 1 millón de autónomos no afiliados que trabajan por cuenta propia.

Con una Población Económicamente Activa (PEA) de 8 millones en edad de trabajar, de los cuales únicamente trabajan 4,5 millones, el Estado ecuatoriano no soporta la misma carga que soporta el Estado español en pagos de nómina.

La deuda pública que tanto alarma no equivale a más de 60% del PIB.

El problema del Ecuador es que no cuenta con una entidad financiera, de la dimensión del Banco Central europeo, a la que pueda recurrir por financiamiento rápido y conveniente. El FMI y otros organismos multilaterales están lejos y son demasiado cicateros y exigentes. China está cerca para préstamos muy onerosos.

La buena noticia es que el socialismo estatista, de corte español, es tan caro que en nuestro país no tiene posibilidad alguna de echar raíces.

Deja una respuesta