Serie OSD: Objetivo No.2 Hambre cero / Ing. Patricio Chambers M.

Columnistas, Opinión

Dentro de nuestra serie sobre los Objetivos de Desarrollo Sostenible, trataremos el segundo de ellos que plantea directamente “hambre cero” en el mundo para el 2030.

Un objetivo a la fecha prácticamente inalcanzable, pues para terminar con las diferentes formas de hambre y desnutrición en apenas nueve años significaría un esfuerzo internacional coordinado enorme, lo cual evidentemente es casi imposible dadas la realidad del planeta y la propia pandemia del COVID-19.

Por ello, nos parece que lamentablemente la falta de alimentación seguirá siendo uno de los grandes obstáculos para el desarrollo, de muchos países que además deben enfrentar problemas ambientales, sequías y la pérdida de biodiversidad.

Según cifras de Naciones Unidas, se estima que 821 millones de personas sufrían de desnutrición crónica al 2017. Por su parte, la Organización para la Agricultura y Alimentación (FAO) habla de que en el mismo año en América Latina y el Caribe el hambre global alcanzó a 39,3 millones de personas.

En este contexto y tal como lo señala NNUU, es fundamental “velar por el acceso de todos a una alimentación suficiente y nutritiva durante todo el año. Esta tarea implica promover prácticas agrícolas sostenibles a través del apoyo a los pequeños agricultores y el acceso igualitario a la tierra, la tecnología y los mercados”, para lo cual se requiere fomentar la cooperación internacional, así como el compromiso de cada país y sus comunidades.

Las 5 metas propuestas para este objetivo al 2030 son en resumen las siguientes:

1) Poner fin al hambre y asegurar el acceso de todas las personas a una alimentación sana, nutritiva y suficiente durante todo el año.

2) Poner fin las diferentes formas de malnutrición.

3) Duplicar la productividad agrícola y los ingresos de los productores de alimentos en pequeña escala.

4) Asegurar la sostenibilidad de los sistemas de producción de alimentos y aplicar prácticas agrícolas resilientes que contribuyan al mantenimiento de los ecosistemas y a la adaptación al cambio climático.

5) Mantener la diversidad genética, entre otras cosas mediante una buena gestión y diversificación de los bancos de semillas y plantas, utilizando recursos genéticos y los conocimientos tradicionales.

Para alcanzar tales metas, dicho organismo mundial habla de aumentar las inversiones en infraestructura rural, promover la investigación agrícola y los servicios de extensión orientados al desarrollo tecnológico y a mantener bancos de genes de plantas y ganado a fin de mejorar la capacidad de producción agrícola particularmente en los países en desarrollo.

Un factor importante en este ámbito es evitar las restricciones y distorsiones comerciales en los mercados agropecuarios, adoptando medidas que aseguren un adecuado funcionamiento para los productos básicos alimentarios y sus derivados, facilitando a su vez el acceso oportuno a información sobre el precio de los alimentos.

En todo caso, es claro que detrás de esta grave problemática se encuentra una enorme inequidad y falta de solidaridad, pero también el compromiso real por parte de las comunidades principalmente rurales de llevar adelante programas conjuntos. (O)

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