SERIE LEONARDO DA VINCI: INVENTOS ESTRATÉGICOS DE GUERRA / Patricio Chambers M.

Columnistas, Opinión

Leonardo da Vinci, fue sin duda un genio polímata pues sus capacidades y habilidades fueron tantas y en tan numerosos campos, que encontramos sus diseños e inventos en ámbitos aparentemente tan disímiles como podrían ser la pintura y la guerra. En ambos casos, hizo contribuciones admirables.

Esta vez nos referiremos al campo militar, en el cual supo establecer una de las principales claves del triunfo: la capacidad de movilidad, considerada por él como algo crucial para lograr la victoria en cualquier batalla. Esta idea estará presente en muchas de sus invenciones de guerra.

El punto es que, en aquel tiempo dado el enorme peso de los cañones, éstos se los usaban únicamente en fortalezas y ocupaban posiciones estacionarias; casi nunca en el campo de batalla. Por ello diseñó un “mortero de triple cañón” que solventaba dos problemas al ser, por una parte, un arma ligera en peso y por otra, bastante rápida en su acción.

A diferencia del cañón convencional, esta nueva forma permitía a los soldados cargar tres disparos a la vez. Su poco peso y sus grandes ruedas, haría que el carro del arma fuera movilizado a diferentes lugares durante la batalla.

Este mismo problema de tiempo con los cañones de la época que tardaban demasiado en cargarse, fue solucionado por da Vinci proponiendo la construcción de morteros de múltiples cañones, que pudieran cargarse y disparar simultáneamente.

La idea consistía en que mientras se disparaba un juego de cañones, otro conjunto se enfriaría y el tercer set podría ser mientras tanto recargado. Este sistema permitía a los soldados disparar repetidamente sin interrupción.

Se trata del mortero de treinta y tres cañones, mismos que se dividían en tres filas de once cañones cada uno, todos conectados a una sola plataforma giratoria. Esta máquina estaba dotada de grandes ruedas atadas a los lados de dicha plataforma.

Otro de sus inventos fue el vehículo blindado o tanque de guerra de Leonardo da Vinci, diseñado mientras estaba bajo el patrocinio de Ludovico Sforza en 1487.

Este vehículo era capaz de moverse en cualquier dirección y estaban equipados con un buen número de armas. Diseñado para intimidar y dispersar al ejército contrario, gracias a una serie de cañones ligeros dispuestos en una plataforma circular con ruedas que permitían un movimiento de 360°.

En cuanto a la plataforma, ésta se encontraría revestida por una gran cubierta protectora (como una concha de tortuga), reforzada con placas de metal inclinadas para desviar de mejor forma el fuego enemigo. Además, tenía una torre de observación en la parte superior para coordinar el disparo de los cañones y la dirección del vehículo.

Por otra parte, este genio sabía que infringir el miedo en los enemigos es vital para vencerlos. De ahí surge su ballesta gigante.

Diseñada para intimidar, este enorme dispositivo mediría más de 24 metros, tendría seis ruedas para su movilidad, y el arco en sí mismo sería de la madera fina flexible.

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