Serie anticorrupción: Auditorías internas / Ing. Patricio Chambers M.

Columnistas, Opinión



Dentro del ámbito de la lucha contra la corrupción, existen herramientas muy efectivas para detectar acciones contra la ley tanto en las entidades privadas como públicas. Una de ellas es la implementación de sistemas de auditorías internas.

Esta herramienta representa una verdadera ayuda en la dirección de las empresas en cuanto al cumplimiento de las funciones y responsabilidades propias de su naturaleza, pues proporciona análisis objetivos, evaluaciones, recomendaciones y diversos tipos de observaciones relacionadas con la operación de las entidades.

Las auditorías internas forman parte de los sistemas de calidad de las organizaciones por ser una etapa importante dentro del ciclo de planificar, hacer, verificar y actuar (PDCA) definido por Edward Deming, inscribiéndose dentro de la verificación.

El PDCA constituye una estrategia muy efectiva de mejora continua de la calidad, desarrollada en los cuatro pasos arriba señalados y que obliga a las entidades a llevar a cabo evaluaciones y análisis internos de manera permanente.

Entre los beneficios más importantes de un proceso de auditoría interna se puede mencionar algunos que se orientan a implementar, mantener y mejorar las estructuras integradas de administración.

El primero de ellos es que proporciona una ayuda significativa a la dirección de las empresas e instituciones, al evaluar de forma muy independiente los procesos internos relacionados con la operación en general.

Por otra parte, evalúa de forma global y objetiva los problemas de las entidades, que normalmente suelen ser interpretados de una manera parcial por las áreas afectadas.

También permite conocer y mejorar la productividad y eficiencia de las organizaciones, contribuyendo eficazmente a evitar las actividades rutinarias e inercias burocráticas que tienden a presentarse en el sector público, pero también en el privado.

Un buen sistema de auditoría interna fomenta la eliminación de ideas preconcebidas e información sesgada, con lo cual se evita aquel estancamiento que suele generarse por la ley del menor esfuerzo.

Además, promueve la comunicación entre los diferentes niveles y áreas dentro de la organización, evitando la conformación de auténticas islas dentro las organizaciones.

Por su parte, los equipos de auditores se orientan hacia los hallazgos de no conformidad realizando las observaciones del caso y requiriendo de la institución acciones concretas de mejora en diferentes niveles y dentro de un plazo determinado de tiempo.

Los informes de auditoría interna no sólo se inscriben en la lucha contra la corrupción al detectar cualquier anomalía en el cumplimiento de la gestión, sino que promueven una mejora de los productos y servicios, reduciendo los costos y optimizando la productividad de las entidades, elevando continuamente la calidad y su competitividad,

Dichos informes determinan el estado de cumplimiento de los requisitos internos de los sistemas integrados de gestión. Generan recomendaciones que llevan a revisar y ajustar las condiciones de trabajo como pueden ser temas de infraestructura física o el establecimiento de prioridades para lograr objetivos y garantizar una adecuada prestación de servicios.

Finalmente promueven que se determine responsabilidades sobre actores, conforme a lo establecido en la ley. (O)

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