S.O.S “tallarines” de cables / Kléver Silva Zaldumbide

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Pese a que, sin duda, la empatía, es uno de los valores esenciales más importantes en la vida y la relación con los demás, que nos hace que seamos capaces de sentir compasión, gratitud, solidaridad, tolerancia y mutuo cuidado abarcando muchos otros valores humanos, el quemeimportismo de muchas compañías privadas de servicio de internet, Tv por cable y telefonía, han convertido a la parte central de nuestra querida ciudad de Ambato en una tierra de nadie. Con verdadero pesar podemos ver nuevamente, algo que ya era del pasado, los “tallarines” de cables a corta altura dándonos un ambiente precario de pueblo atrasado.

Pero mucho más curioso y preocupante es lo que está sucediendo en la edificación del museo Juan Benigno Vela, declarada Patrimonio, en cuya cornisa esquinera existe tal cantidad de cables atados sin ninguna responsabilidad ni control que ya se derrumbó y cayó al piso parte de esta cornisa de piedra, afortunadamente no hubo heridos ni vidas que lamentar en el momento del derrumbe. Hecho que sucedió hace más de tres meses y que uno de los diarios de la ciudad en septiembre 27 de 2020 ya denunció y que se ha hecho caso omiso, resaltando además los esfuerzos realizados por las Empresas Eléctrica y CNT de Ambato en el soterramiento de redes de distribución eléctrica en la ciudad, obra que beneficio grandemente a la ciudad, pero de una manera irresponsable y hasta arbitraria, sin pedir permiso a los propietarios de casas y edificios de la urbe, fueron llenando salvajemente, otra vez con sus cables las empresas privadas y es así como la obra anterior perdió su sentido.

El principal problema que generan los ‘tallarines’ colgados en la ciudad no es solo la contaminación visual y ambiental sino el riesgo de tragedias que pueden provocar, como la del sábado pasado en dónde del peso de tanto cable, ya estaban a tan baja altura, que un camión grande pasó llevándose parte de éstos arrancando las instalaciones de algunos edificios de la esquina de la Mariano Castillo y Rocafuerte.

Con indudable desconsuelo debemos reconocer cómo es nuestra defectuosa idiosincrasia de “ver para creer” que hace que esperemos una desgracia para actuar, ponemos semáforos después de varios accidentes, instalamos alarmas después de los robos pese a que ya nos advirtieron, etc.

Se entiende que según las Ordenanzas Municipales se debe haber establecido el régimen administrativo de licenciamiento municipal para la instalación de redes de servicio en el espacio público urbano, así como cuidar y controlar el espacio aéreo y la multa que deban pagar las empresas o personas que no cumplen con estas normativas.

Habrá en el Código Integral Penal sanciones para quienes atenten contra los bienes patrimoniales, lo destruyan y no cuiden el ornato de la ciudad.

En el Código Orgánico de Organización Territorial, COOTAD deberá haber algún artículo y numeral que regule y controle el uso del espacio público y, de manera particular, la colocación de redes y alambrados.

Cuando circulemos por el centro de la ciudad, alcemos la vista y tengamos precaución ya que puede caernos piedras de las cornisas. (O)

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