Robo del burro “gualo maqui” en Quero. 1792 / Pedro Reino Garcés

Columnistas, Opinión

“Señor Capitán y Justicia Mayor.- El Protector de los Naturales de esta villa y su partido por la protección de Nicolás Chata, indio del pueblo de Quero, residente en Mochapata, sujeto al general Mandón Mariano Chimbo, conforme a derecho ante Vuestra Merced parece y dice:

Que su parte le informa cómo habiendo viajado ahora un año y 6 meses a Guaranda con su carguita en un macho que lo hubo y adquirió  del reparto de Don Agustín Carrión, de color pardo que tira a peregrino mohino, veteado de todos cuatro pies, de  los cascos de los brazos achapinado, que en lengua de los indios llaman gualo maqui, con el fierro que le hechó en el brazo hizquierdo y nariz, el que lo manifiesta para su reconocimiento y cotejo;…”

Este documento correspondiente al Archivo Histórico de Ambato, en legajos  hojas sueltas de los años 1700,  nos permite visualizar algunos modos de vida y rastreo de la estructura social de la época en este sector de la provincia. Se desprende que los indígenas de las clases más bajas estaban “sujetos”, es decir, eran dependientes de un indio mandón que ha dejado de tener rango de cacique, como se lee en documentos de décadas y siglo anterior. El mandón sin libertad, sometido al coloniaje, es Mariano Chimbo, que habría que ver si proviene de las dinastías de los primeros momentos de la colonia, que a mi entender ya han sido sustituidas por otras conveniencias; o por el apellido, que muchas veces indicaba procedencia, era de Chimbo.

Nicolás Chata se deduce que a más de campesino era una especie de comerciante que hacía viajes a Guaranda a intercambiar productos, para lo cual necesitaba transportación. Importa mucho saber que los nexos con Guaranda hipotetizan que pertenecían a grupos  de entendimiento lingüístico quichizado, como premisa  para la negociación.

A Nicolás le roban  el macho, que resulta ahora como robarle un carro 4×4, “a regreso en la dormida de la Trasquila”. No olvidemos que los robos de mulas era una de las plagas con que se los acusaba a los vecinos de Mocha, apodados de “blanqueamulas”, porque las blanqueaban con cal; es decir, las pintaban para volverlas irreconocibles.  El macho robado “ha ido a parar en el poder de don Juan Mayorga vecino de Quero, quien reconvenido a la restitución, reúsa, excusándose lo cambió con otro mozo  y para ocultarlo ha dañado en partes dicho fierro hechándole otro que aún no se acaba de sanar;”. Esto quiere decir que le han errado nuevamente. ¿Cómo así que el macho vino a parar en Querochaca? ¿Qué ladronzuelo cayó en esta falta de estrategia?

El documento dirigido a la autoridad asegura que se trata del macho robado y lo han ubicado en Querochaca, al otro extremo de Quero: “Por tanto ocurre al zelo de Vuestra Merced se digne me dar, que el Teniente de dicho pueblo lo notifique comparezca en este juzgado dentro de segundo día con el macho, para que averiguada la verdad, hecho el reconocimiento y experimento del fierro, examinados los testigos que conocieron dicho macho, resultando en favor del indio, se le entregue con las costas de esta instancia de quedole el derecho a salvo para que lo repita contra quien viere convenirle, que es justicia, Hambato y febrero 4 de 1792 años.- f) Antonio Masón.- En todo como se pide.- Suárez, ante mí, f). Baca.

En 8 de febrero de 1792, en el sitio  de Querochaca le notifiqué en la propia persona de don Juan Mayorga lo contenido en este, m f) Herdoiza.”

Como el documento ha quedado en hoja suelta, se infiere que no tuvo seguimiento, por lo cual no habrá pasado de ser una denuncia.

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