Rectitud de procedimientos / Mirian Delgado Palma

Columnistas, Opinión

 

Para los ecuatorianos ya no es noticia novedosa que algunos funcionarios públicos de todo rango, del anterior gobierno, estén envueltos en actos de corrupción, formando una cadena interminable de ilícitos que se hallan reñidos con la moral y la ley, dejando entredicho los slogans de “trasparencia, manos limpias y mentes lucidas’’ en el quehacer estatal. Hemos llegado a un punto en que los grandes atracos económicos ya no nos ponen los pelos de punta, porque nos estamos acostumbrando a una retórica cotidiana de malversación de los fondos del Estado.

Precisa resaltar que las máximas dignidades de la estructura gubernamental fueron ocupadas por la habilidad de “profesionales’’ astutos, para emplear lo mejor de su cerebro, preparando mecanismos y medios de enriquecimiento ilícito; captando contratos, comisiones y demás canonjías para su beneficio personal, sin importarles en lo mínimo la suerte del pueblo, que ahoga su voz pidiendo justicia. A fin de que las interminables estafas queden en la impunidad, se deshonraron leyes, normas y procedimientos para consumar el delito, sin dejar aparentemente hulla alguna que evidencie la malversación de fondos públicos.

Frente a este doloroso y penoso episodio, el actual gobierno, considera que es imperativo reformar varias leyes, normas, procedimientos que regulen la vida de la Nación; así como, tomar decisiones enfocadas a castigar con rigor legal estas arbitrariedades, que hasta hoy, en la Asamblea Nacional, ¡son respaldadas en forma vergonzosa por ciertos inescrupulosos defensores de la “década ganada” …! verdad!, ¡bien ganada!  por haber pisoteado la moral a diestra y siniestra. Es horroroso saber que existen funcionarios que sin ningún reparo son encubridores incondicionales de esta amarga realidad, que, a pesar de haberse probado hasta la saciedad, la inobservancia de procedimientos, estos deshonestos, son protegidos a capa y espada por sus coidearios.

En el comunicado expresado por el gobierno nacional, en estos días, en forma enfática rechaza la actuación de los asambleístas -morenistas y correistas- que no actúan de acuerdo con principios de transparencia y justicia, como así lo prometió el presidente Moreno; un gobierno que ha apostado a la transparencia, la decencia e independencia absoluta de poderes.

Si estos son los anhelos del gobierno, los servidores públicos del rango que fueren están obligados a respetar la legislación y procedimientos que se estilen para el cumplimiento de las actividades administrativas. En la actividad pública los procedimientos definidos tienen estrecha relación con la búsqueda permanente del bien común.

Si la moral no está sometida a la autoridad de la conciencia, las leyes, normas y procedimientos y reglas a seguir que impiden y permiten, las debemos practicar y obedecer, que seamos mejor mitigando los dolores del país. Entonces hará que triunfe la dignidad profesional y la rectitud de procedimientos.

Los funcionarios del gobierno, por razones de ética y humanidad para con el pueblo y por patriotismo, deben velar y cuidar los intereses sagrados de la Patria. (O)

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