“Psicología Social y Parentalidad Positiva” / Alejandra Sánchez

Columnistas, Opinión

Durante muchos años se ha tenido una perspectiva de intervención psicológica con respecto a problemáticas sociales basada en el “déficit”, es decir, intervenciones reactivas que se centran en los problemas existentes de las familias, más no en la prevención.

Generalmente, se interviene en casos de familias con problemáticas mayores como: negligencia, abuso, maltrato, incapacidad parental, entre otros. Sin embargo, es importante reflexionar sobre la importancia de un enfoque basado en la promoción y prevención, en el cual se tome consciencia de la importancia de actuar de forma proactiva para promover el bienestar familiar.

Es prioritario fortalecer los factores de protección, analizando y entendiendo la necesidad de apoyo en distintos grados que pueden tener las familias. La función de la familia es muy importante en el contexto social y personal, siendo la misma, el ambiente de desarrollo más relevante para un individuo, es la estructura fundamental de interacción y desarrollo de una persona. 

Como psicólogos podemos entender la importancia de que los infantes crezcan y se desarrollen en un ambiente adecuado y sano, debido a la alta plasticidad cerebral que los seres humanos poseemos en la infancia y adolescencia, entendiendo lo importante que es para el desarrollo futuro de la persona. 

En la infancia nacen la mayoría de las creencias que conducen nuestro comportamiento futuro. De ahí radica mi interés en plasmar la importancia de una “parentalidad positiva”,  con herramientas e información adecuadas y basada en la evidencia, para el óptimo desarrollo de los infantes, las familias y la sociedad. Considero que el actuar desde la prevención, es decir, crear programas que impulsen y guíen hacia una parentalidad positiva, es una manera para impactar sobre las problemáticas sociales. La prevención es tan importante como la intervención, y desde mi punto de vista más importante.

Los programas de salud mental en Ecuador, sobre todo aquellos basados en la intervención social y comunitaria, son muy escasos. Por lo tanto, es urgente el desarrollo e implementación de estrategias y programas comenzando desde la psicoeducación y desde la base de la sociedad que es la familia. (O)

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