Provincialización y producción de monografías / Jéssica Torres Lescano

Columnistas, Opinión

Revisando documentos de la Biblioteca Aurelio Espinosa Polit nos encontramos con un texto titulado “Álbum centenario de la Provincia de Tungurahua 1860-1960”. El autor del libro fue Julio Castillo Jácome y se publicó un 3 de julio de 1960 por la editorial Tungurahua. Se trata de una monografía de la provincia que recoge acontecimientos históricos en línea cronológica desde la época aborigen hasta la república. La publicación no es casual, pues a más de ser un homenaje por el centenario de provincialización responde al papel de los pensadores en la construcción de la historia local.

En el marco de las conmemoraciones centenarias y la organización de las fiestas cívicas era común que se modifique el transcurrir cotidiano de las autoridades y actores sociales locales. Los Concejos Cantonales elaboraban con anticipación una agenda local o nacional de celebración. Las actividades promovidas por las autoridades locales eran en muchas ocasiones auspiciadas o respaldadas por las redes de pensadores locales. En algunos casos, acercarse a la fecha oficial de las celebraciones cívicas comprometía la participación de la élite letrada en la elaboración de textos de investigación y difusión histórica.

Entonces, la publicación de Julio Castillo Jácome a más de ser un homenaje por el centenario de provincialización cumple otras funciones. En primer lugar, las monografías permitían a las “patrias chicas” insertarse en el relato nacional como parte de la consolidación del estado nación moderno. Segundo, los relatos construyeron un imaginario de la urbe como el escenario o espacio geográfico y sus dinámicas sociales, económicas, intelectuales y culturales. Las narraciones construyeron un pasado local; es un intento consciente por inventar la cultura local y contextualizar el significado de su pasado colectivo (Little-Siebold 1998, 343).

Y finalmente, las monografías tienen una intención informativa, pedagógica y turística. Por ejemplo, inmediatamente después de la portada, el documento anexa un legajo histórico del 3 de julio de 1860. La declaración oficial de la Provincia de Ambato aparece en la contraportada para posteriormente reconstruir la historia de la provincia. Asimismo, la función turística se evidencia cuando dedica algunas de sus páginas a describir hoteles, recomendaciones de visita, líneas de transporte y números de las principales instituciones locales.

En definitiva, las monografías –que comenzaron a elaborarse a finales del siglo XIX- tienen auge en el siglo XX; y a la luz de las monografías (varias publicadas en el marco de las celebraciones cívicas) se puede descubrir diversidad de temas locales. Para ejemplificar algunas temáticas, los datos como el precio o los espacios de distribución o circulación aportan en la reconstrucción de la difusión de las ideas de los autores de las monografías en la población local. (O)

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