Priorizar actividades / Edison Narváez Z.

Columnistas, Opinión

Todos concordamos en que estamos atravesando una crisis al extremo perturbadora que nos enfrenta ante un enemigo invisible que ciertamente nos ha desnudado y que nos puede quitar todo. En este entorno es esencial definir prioridades para convertirlas en planes específicos de acción, que nos permitan valorar lo que realmente importante

Amigos lectores, se han fijado que ¿Aproximadamente el 80% de los goles de su equipo favorito los marca, aproximadamente el 20% de sus jugadores? – o se ha fijado que, en su negocio, también ¿el 80% de las facturas corresponde al 20%, aproximadamente de sus clientes? – o se ha dado cuenta que ¿el 20% de las causas originan el 80% de lo problemas?

Este fenómeno, según el cual, en una determinada población estadística, un número relativamente pequeño (20%) de elementos de la población contribuye a la mayor parte (80%) del efecto total, se denomina Ley de Pareto.

El análisis de Pareto es un método muy sencillo y de gran utilidad en el mundo empresarial, básicamente para determinar que problemas deben tener una mayor atención, por ejemplo, esta ley destruye el mito en la administración de clientes de que “Todos los clientes son iguales”, y revela que, si bien es importante la diversificación de la cartera, es de suma importancia darles mayor atención a los clientes “estrella” que tiene la empresa.

Una eficiente utilización de esta ley se lleva a cabo a través del establecimiento de PRIORIDADES, por ejemplo, dentro de la planificación del trabajo diario, Edwin Bliss aconseja priorizar las actividades del uno al diez, con la confianza de que habiendo resuelto las dos primeras, ya tendrá el 80% aproximadamente de los resultados.

Un caso interesante de aplicación de esta ley 20-80 es la del consejero del ex presidente de Estados Unidos F.D. Roosevelt, Larry Hopkins; este señor debido a una enfermedad cardíaca, sólo podía trabajar dos horas diarias, por lo que necesitaba una muy rigurosa selección de actividades (PRIORIDADES), que le permitiera ser efectivo con solo una dedicación laboral de un 20% o 25% del tiempo habitual. Pues bien, dedicación y concentración en su 20% fue exitosa que el primer ministro inglés Winston Churchill lo nombró el norteamericano más eficiente que había conocido, denominándolo “Lord de los Asuntos Esenciales”.

Si el problema de establecimiento de Prioridades correctas en todos los ámbitos de la empresa presenta un dolor de cabeza para los gerentes actuales; entonces es importante aprender a diferenciar lo esencial de lo trivial, y de esa manera estar en condiciones de poner mayor énfasis, control y dedicación a lo esencial.

Por otro lado, lo más valioso que tiene el ser humano son los vínculos afectivos; somos seres gregarios, necesitamos estar con el otro, compartir con la familia y los amigos; esta pandemia nos viene enseñando que lo esencial es cuidarnos juntos. (O)

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