Por una de las rutas de las frutas / Luis Alfredo Silva Zambrano

Columnistas, Opinión

La Provincia de Tungurahua, ha sido desde siempre una tierra productora de jugosas, fragantes y deliciosas frutas. Su fértil tierra y clima adecuado, son factores para la variedad, exuberancia y riqueza frutícola.

Existen varias carreteras modernas, que unen los nueve cantones de la provincia; muchas de ellas, estan bordeadas de variados árboles frutales. Nosotros recorrimos la vía que conduce, de Ambato a Tisaleo.

Para transitar, por esa ruta, se parte, desde nuestra ciudad, por el barrio de Huachi La Magdalena, donde termina el área urbana; ahí existe, un arco metálico que indica la distancia, 7.8 kilómetros.

Se sigue y pasa por el caserío Santa Marianita, la carretera asciende, lo que permite observar la quebrada Terremoto; un sector maravilloso, lleno de abundantes huertas, con exporádicas casitas blancas, que contrastan con el verdor del campo.

A los dos lados de la ruta, se admiran grandes huertas, de verdes nueces, claudias amarillas, rojas manzanas, grandes duraznos, ricos guaytambos, veptes peras, negras moras, rojos capulíes, entre muchas otras. Llaman la atención, los cultivos de fresas, que mediante dispositivos especiales, las plantas rastreras se vuelven trepadoras, para mostrar sus sabrosas frutas, que cuelgan de sus tallos.

Luego se atraviesa el caserío Huachi La Libertad; una gran plaza, la escuelita, la iglesia y varias viviendas, integran la tranquila población. Esta rodeada de extensas huertas de una gran variedad de frutas, especialmente de jugosas claudias y sabrosas moras.

Se continúa por la ruta de las frutas y se llega a La Cruz de Tisaleo, pequeño y pintoresco caserío, que constituye el límite del cantón Tisaleo, con el cantón Ambato. Muchas ricas frutas producen las huertas, al igual que el simpático caserío San Luis. En el barrio, de la cabecera cantonal, Punguleo, termina la ruta de las frutas. Esta temporada de cosecha de frutas, se debe aprovechar, para recorer la ruta de las frutas y realizar compras, directamente de los productores, de las sabrosas frutas seleccionadas, que ofrecen algunos dueños. (O)

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