Ponderar y ponderar / Jaime Guevara Sánchez

Columnistas, Opinión

En estos tiempos de incertidumbres; ponderar unos minutos sobre días trascendentales alivia el espíritu. Creo que todos alguna vez nos hemos arrimado a la ponderación.

La palabra obliga a meditar, desde que tropecé con ella en el relato del nacimiento de Jesús. “María ponderó todas estas cosas en su corazón”, dicen las Escrituras. Cuando uno piensa en qué se refiere la frase “Todas estas cosas”, no hay por qué sorprenderse de la ponderación de la autora.

Aquí tenemos una chica quinceañera que acaba de tener un bebé en el rincón de un establo d un granero, bastante confundida sobre el suceso. Su esposo, presente a su lado, ponderando ¿Qué es lo que pasa aquí? Censurando el hecho de que el jefe supremo de esas tierras, Herodes, ha optado por el infanticidio. La persecución y sacrificio de los niños, intentando evitar el escape, con vida, del niño ungido.

Y como si eso no fuera suficiente para preocuparse, hay un abundante transito de visitantes astrólogos, pastores de ovejas, campesinos, rancheros y ángeles, que siguen presentándose en el lugar con preguntas, prolongaciones y cánticos. También hay animales abarrotados allí, en su mundo particular pareces colegir el gran evento. El episodio es algo extraordinario que obliga a meditar profundamente.

“Ponderar” es la expresión acertada sobre actos de María. De vez en cuando, el viejo Job también mete la cabeza en el entrevero. Lo mismo hace Jonás, sentado en la oscuridad humosa, flotando en jugos gástricos de ballena y de calamares. Todos estos personajes ponderaron y ponderaron, apuesto a que lo hicieron.

Ante tanto sobresalto, que podemos hacer los marchantes comunes cuando llegan estas fechas… ponderar, qué más. Llega Navidad, se queda por unas horas y se va; por eso es tan esperada.

Y, si todos los seres queridos están presentes, los momentos de ponderación son felices. Caso contrario, la nostalgia aprieta. ¿Qué será de Juanita? ¿Qué será de Carlos? ¿Dónde estarán ahora, en España, en Italia, dónde? Después de tantos años de ausencia ¿Cómo estarán? Por lo menos quisiera tener el teléfono de todos ellos e intentar llamarlos. “Hola, soy yo, tu tío Jaime.” … “¿Quién?….”

Ponderar y ponderar que mañana tenemos que volver a darle duro y parejo al tajo diario… (O)

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