Pequeños cambios / Esteban Torres Cobo

Columnistas, Opinión

Pequeños cambios, y no tan pequeños. Simbólicos en el fondo, pero trascendentes para un presupuesto tan apretado. Eliminar aranceles a una serie de productos es positivo para una economía acostumbrada a ser la más cara de la región.

Y detonante, porque su costo no significa necesariamente se ahorra sino que, cuando se puede, se gasta afuera y vía contrabando.

160 o 120 millones de dólares al año sí constituyen un ingreso considerable para el Presupuesto General del Estado pero sin duda los beneficios de eliminar estos aranceles lo valdrán. Es como la eliminación del Impuesto a las Herencias, Legados y Donaciones que hasta el momento no se da. Si se concreta el ofrecimiento notarizado de campaña, los beneficios para el propio Estado serán mayores que los 60 millones de dólares que se recaudan por año con algo tan anacrónico y penalizador de la generación de riqueza y producción, aunque para la izquierda es uno de los principales impuestos.

Es que, en mi opinión, la reducción de aranceles va en el mismo sentido que impuestos como los de la herencia. Tenemos derecho a pagar lo mismo que paga un colombiano por una computadora y tenemos también derecho a trasladar y heredar un patrimonio construido con honestidad y sudor a nuestros hijos.

Movimientos como estos siembran dudas respecto de lo que podría venir en una futura reforma tributaria, porque para el FMI y para todos los organismos internacionales bajar impuestos no es lo correcto. ¿Será una de cal y otra de arena? ¿O la reforma seguirá el camino de esta eliminación de aranceles y buscará quitar cargas a los ciudadanos? (O)

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