Pandemia / Andrea Manjarrez

Columnistas, Opinión


Este 2020 ha sido una sorpresa para todos, y este primer trimestre trajo un sinsabor global, el mundo colapsó pero sin darnos cuenta nos unió; inicio son esta frase pues veo la situación actual como una moneda de dos caras. Por un lado tenemos un virus que ha causado conmoción, que se ha llevado muchas vidas y continúa tomando varios organismos humanos alrededor de continentes, países y ciudades que no para, únicamente toma más territorios y afianza sus raíces, qué pasó, cómo llegó a la humanidad, aún no estamos seguros, pero está aquí entre nosotros y no queda más que afrontar la emergencia y aportar desde nuestro metro cuadrado, para acabar juntos con esta enfermedad que ha logrado una verdadera paranoia social por su rápida propagación y el caos mediático virtual que ha desencadenado.

Nunca nos imaginamos la gravedad de las cosas, lo tomamos a la ligera en un inicio, pero las estadísticas en aumento de infectados en nuestro país nos preocupa y nos coloca del otro lado, con la responsabilidad de quedarnos en casa, de tener la obligación de hacer uso de las nuevas tecnologías para continuar con nuestro trabajo, si darnos cuenta lo único que podemos hacer es hablar y compartir en familia, los miembros del hogar serán los únicos que formarán parte de nuestra vida por varios días, nuestro entorno se redujo a pocos amigos que se preocupan por tu bienestar a través de una llamado o un mensaje, tus compañeros y compañeras de trabajo con los que estas activo a través del teletrabajo y tu familia la que siempre estuvo pero quizá no nos dábamos cuenta, nunca lo valoramos, hasta ubicarnos en esta realidad compleja e inesperada, que debe servirnos para reflexionar de lo que somos, hacemos y a donde queremos llegar; abrimos interrogantes como quién si, quién no y quién tal vez, valoramos el tiempo libre para entender la situación y entendernos a nosotros mismos, disfrutar de una actividad en casa, de un buen libre, de cocinar entre seres queridos, hablar con un vecino de terraza a terraza, volvió la camaradería, el altruismo, el ahorro de recursos, el amor, la amistad, en realidad nos coloca en una realidad entre buena, mala y fea que necesita de todos nosotros, para formar un solo corazón, unir esfuerzos y ser responsable con la vida propia y del prójimo.

Ya vendrán mejores tiempos, cuando esta pesadilla termine, nos podremos abrazar y compartir reuniones en familia y amigos, volveremos a nuestros lugares de trabajo, volverán las risas en vivo y los shows multitudinarios pero por el momento “quédate en casa” en el futuro lo agradecerás y te lo agradecerán, el mundo está al revés pero mientras tú prepara tu alma y mente para cuando termine la Pandemia. (O)

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