Paco Moncayo y Wagner Bravo / Editorial

Editorial, Opinión

El Presidente de la República, Guillermo Lasso, ha posesionado a dos distinguidos ex militares, para que aconsejen, planifiquen y colaboren con la ejecución de políticas y acciones concretas de lucha contra el crimen organizado, bandas delictivas, narcotráfico, extorsionadores, traficantes de personas y otros delitos que nos han puesto al Ecuador como el tercer país más peligroso de Latinoamérica. 

Los ecuatorianos confiamos en la experiencia, conocimientos de sentido común de los generales Paco Moncayo y Wagner Bravo para que enderecen el rumbo de una tarea tan compleja y delicada como es la seguridad pública y del Estado, que por cerca de dos años ha sido el área más cuestionada de la acción gubernamental, superando inclusive al área de la salud que también ha tenido muchas deficiencias.

Para esta semana se anuncia la reunión del Consejo de Seguridad Pública y del Estado (CONSEPE), ya con la presencia de las nuevas autoridades, sin embargo, consideramos que el Gobierno tiene que comprometerse a entregar los recursos y la infraestructura que la  Policía y las Fuerzas Armadas requieren para la lucha contra esta lacra que nos está afectando en todas las áreas de la producción, inversión, turismo, más aún, si la estrategia central es declarar como grupos terroristas a las hoy denominados grupos delincuenciales organizados (GDOS). (O)

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