Niños rieron sin parar en festival

El hall del Gobierno Provincial de Tungurahua se llenó de alegría, risas y colores durante el desarrollo del Segundo Festival de la Risa, una iniciativa conjunta entre la Casa de la Cultura núcleo de Tungurahua y el Gobierno Provincial, que convocó a decenas de niños en una jornada dedicada a la comedia infantil.
El evento, desarrollado en el hall de la Biblioteca de la Ciudad, tuvo como protagonistas a payasos, títeres y artistas escénicos que, con sus ocurrencias, lograron captar la atención de los más pequeños. Aprovechando un día sin clases, los niños llegaron desde tempranas horas junto a sus padres, quienes también se contagiaron de las carcajadas.
Uno de los artistas más esperados fue el payasito Flautín, conocido como “el amigo de los niños”, quien con 38 años de trayectoria arrancó aplausos con su show interactivo. “Mientras en el mundo existan niños, el payasito no morirá”, comentó con emoción, mientras compartía el escenario con otros colegas.
En la jornada también participaron los payasitos Cachetín, Travesuras, Sonrisitas y el entrañable Tío Nacho, quien con su espectáculo de títeres volvió a enamorar a grandes y chicos. Todos ellos aportaron su experiencia y carisma en una programación diversa que buscó celebrar la infancia.
El festival no solo brindó un espacio de esparcimiento gratuito, sino que también reafirmó el compromiso cultural de las instituciones organizadoras con el bienestar emocional de los niños. La Casa de la Cultura y el Gobierno Provincial indicaron que este tipo de eventos se mantendrán durante el año, como parte de su agenda de difusión artística y recreativa.
Los artistas agradecieron la acogida del público y destacaron que el arte clown es una herramienta poderosa para educar y sanar. “No se trata solo de reír por reír; detrás de cada número hay un mensaje de esperanza”, mencionó uno de los animadores del evento.
Padres de familia resaltaron la importancia de estos espacios, sobre todo en un contexto donde la tecnología muchas veces reemplaza el juego tradicional. “Ver a nuestros hijos disfrutar de algo tan humano como una función de títeres o un chiste sano, no tiene precio”, afirmó Verónica Vásquez, madre de familia.
Con música, globos, magia y una gran dosis de ternura, el Segundo Festival de la Risa concluyó dejando huellas de alegría y reafirmando que en Ambato, la cultura también se construye desde la niñez. (I)