Negocios quebrados / Mauricio Calle Naranjo

Columnistas, Opinión

El rol de la empresa ecuatoriana es vital para la reactivación económica tan necesaria actualmente, pero muy esquiva a la vez. Es innegable, que al recorrer las calles de la ciudad se encuentran locales cerrados y vitrinas vacías. Negocios que perduraban de generación en generación, han sido golpeados por la pandemia a tal extremo, que quebrar era un escenario inminente.

El sector privado y público proponen diferentes iniciativas, obvias y algunas contradictorias, sin embargo, las acciones emprendidas no tienen el impacto deseado ya que enfrentar al COVID 19 desde la realidad de Ecuador, ha sido una batalla que el gobierno central y los municipios no logran acertar con soluciones basadas en las circunstancias del pueblo que necesita laborar, con la finalidad de llevar alimento a su casa.

En Ecuador, gran parte de las empresas son familiares que a través del tiempo han sorteado diferentes infortunios, pero trágicamente esta pandemia fue la estocada final para varios empresarios. La desesperación por no claudicar, ha presionado a las personas a poner en riesgo sus patrimonios, y varios casos son los que vendieron propiedades o acudieron a chulqueros, estafadores sin alma, que estos meses han venido aprovechándose de gente humilde y trabajadora.

Los emprendedores y empresarios ecuatorianos con coraje y valentía atraviesan duros momentos y ya no ponen sus esperanzas en los gobernantes de turno, porque acumularon varias desilusiones que los han convertido en mentes más sabias e incrédulos de discursos demagógicos.

La economía no funciona sin comercio, es por esto que el objetivo primordial del nuevo gobierno debe ser fortalecer a las empresas y motivar a los nuevos emprendedores, generando propuestas disruptivas y aterrizadas a la situación de cada sector económico. “Solo aquellos que se arriesgan a caer pueden conseguir grandes cosas” (Robert F. Kennedy). (O)

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