Metástasis

Columnistas, Opinión

La palabra metástasis tiene origen griego y significa cambio de lugar. En el ámbito de la salud, este término identifica la reproducción de algún padecimiento en órganos distintos de donde se presentó inicialmente una enfermedad.

Este nombre, sui generis y sugestivo, fue seleccionado por la Fiscalía General del Estado para liderar un operativo sin precedentes la madrugada del pasado 14 de diciembre, donde cayeron en manos de la policía ecuatoriana cerca de 30 personas, incluido el más alto funcionario del Consejo de la Judicatura. De lo que se conoce también fueron detenidos algunos fiscales, mandos policiales de todas las jerarquías, exjueces, abogados… otros presuntos implicados, posiblemente, recibieron información privilegiada, lograron ponerse a buen resguardo y se desconoce su ubicación. 

La espectacularidad del operativo incluyó alrededor de 900 funcionarios de la Fiscalía y servidores policiales, para un total increíble de 75 allanamientos simultáneos en siete provincias. Todo, a partir de la investigación iniciada después de la segunda muerte de Leandro Norero, uno de los más grandes financista de grupos criminales ecuatorianos vinculados a organizaciones delictivas extranjeras. En 2020, este oscuro personaje fingió su muerte en el contexto de la pandemia, pero en mayo de 2022 fue identificado durante un operativo policial y en la cárcel de Cotopaxi, el 3 de octubre, finalmente fue asesinado.

No es coincidencia que el embajador de EEUU, Michael Fitzpatrick, tiempo atrás haya manifestado, sin censura, que las fuerzas del orden de nuestro país están infiltradas por el narcotráfico. En sus palabras, el Ecuador “está bajo ataque sostenido de las organizaciones criminales”, donde se lava dinero por medio de testaferros en el sector financiero a través empresas ficticias de exportación, cuentas bancarias y hasta en equipos de fútbol. Desgraciadamente, el embajador no revela identidades.

La metástasis se desarrolla cuando hay células cancerosas que, al ingresan al torrente sanguíneo o al sistema linfático, se desplazan para formar nuevos tumores. Aunque algunos tipos de cáncer metastásico pueden curarse, la mayoría no se superan.

Vivimos en un país con metástasis, donde las organizaciones delictivas paulatinamente se toman el control de los puestos clave en todas las funciones del Estado para mantener su hegemonía. A la mayoría de ciudadanos nos corresponde ser testigos del deterioro de nuestra estructura social, con una clase política que mayoritariamente se limita a calcular sus intervenciones de cara a las próximas campañas electorales. Aunque parecería que hemos tocado el fondo del abismo, es bueno recordad que siempre será posible estar peor. (O)

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