Maestros y academia / Editorial

Editorial, Opinión

    Cada año, se recuerda el natalicio del prócer ambateño Juan Montalvo Fiallos, escritor, novelista y académico, quien llegó al mundo un 13 de abril de 1832. Tras sus emblemáticas obras escritas como ‘Las Catilinarias’, ‘Geometría Moral’, ‘El Cosmopolita’, entre otras, fue artífice para que la literatura latinoamericana y enseñanza académica en espacios de aprendizaje, sean replicadas por parte de maestros en escuelas, colegios y universidades. 

   En honor al nacimiento de Montalvo, se dictaminó que esta fecha también sea honrada, estableciéndose como el Día del Maestro Ecuatoriano, con el fin de que el ámbito académico y el estudio en aulas estudiantiles, tengan un valor significativo en lo que representa la cátedra, fomentando valores, a través del estudio constante.  

   Maestros, profesores, académicos, así como se los quiera llamar, son personas que dedican su vida a la enseñanza de temas de relevancia cultural, dentro de nuestro acontecer nacional, para que los estudiantes entiendan el por qué de ciertos sucesos históricos del mundo, basándose en la explicación literaria, fomentando personas leídas y cultas en una sociedad, donde, lastimosamente, el acceso y falta de inversión en educación todavía hace falta. 

    Agradecer y enaltecer al maestro en aulas de estudio debe ser sinónimo de alegría y dedicación educativa, ya que, son ellos los que, mediante la tecnología, recursos bibliográficos y nuevas maneras de enseñar, buscan fomentar en los estudiantes temas trascendentales, motivando a que, la academia actual, tenga un desarrollo social y educativo con nuevos profesionales a futuro.  (O)

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