Lux et Veritas / Luis Fernando Torres

Columnistas, Opinión

Ha nacido la Universidad Contra la Corrección Política, en otras palabras, la Universidad anti Woke, en la ciudad de Austin, de Estados Unidos, para recuperar la verdadera dimensión de los lemas de las universidades más prestigiosas, entre ellos, “Luz y Verdad”, con el que se fundó Yale o, simplemente, “Verdad” (Veritas), con el se sentaron las bases de Harvard.

La cultura Woke, centrada en asuntos de identidad sexual y de género, antirracismo, o clima, ha convertido a las universidades en fábricas de justicia social, en las que se entrena a los jóvenes a seguir los patrones de pensamiento de determinadas ideologías. De este modo, en la mayoría de universidades se ha abandonado la misión de buscar la verdad y  se ha dejado de enseñar a pensar a los estudiantes. Profesores de la más alta respetabilidad han sido despedidos de los claustros universitarios por denuncias de colegas y grupos estudiantiles al servicio de ideologías.

En medio de esa decadencia, ha sido creada la Universidad de Austin por iniciativa, entre otros,  del historiador Niall Ferguson, el novelista y dramaturgo David Mamet, el lingüista Steven Pinker, la periodista Bari Weiss, el ex Presidente de Harvard Larry Dummers, el ex rector de la Universidad de Chicago, Robert Zimmer y Pano Kanelos, quien será el primer rector. Estas personalidades del mundo académico quieren, simplemente, que en la Universidad sea posible la exploración intelectual con libertad para investigar, opinar y debatir, lejos de los estereotipos y las ideologías.

Uno de los activos más importantes de Estados Unidos han sido sus universidades. Con su luz se ha iluminado el camino del crecimiento estadounidense. En los años recientes ha comenzado a apagarse con la sombra de las ideologías, cuya finalidad no es otra que la de imponer medias verdades, sin libertad ni debate.

Las universidades ecuatorianas no se encuentran en la deplorable posición de algunas universidades estadounidenses. Inclusive, aquellas que en el pasado fueron el refugio de grupos extremistas, ahora se caracterizan por ser plurales y ofrecer la mejor enseñanza posible. Tanto los centros de educación estatales como lo particulares ofrecen a profesores y alumnos un entorno de libertad para investigar y enseñar.

El Ecuador tiene una gran oportunidad en sus universidades. Facilitar su trabajo debería ser la tarea permanente de los gobiernos. Que el lema “Lux y Veritas” sea el que guíe los esfuerzos universitarios.   Nada más. (O)

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