Los hijos siempre pierden / Paúl Viteri Albán

Columnistas, Opinión

En ocasiones se hace completamente difícil el entender al ser humano, especialmente cuando se trata de comportamientos fuera de todo raciocinio, para muestra un botón dice el dicho, hace un tiempo en una audiencia de apremio personal por falta de pago de pensión alimenticia, al deudor y su defensa técnica, se les ocurrió alegar que dicho incumplimiento, es en razón de la compra de un vehículo nuevo y que debido a este motivo sus ingresos estaban notablemente reducidos. En fin, cuando escuche tan descabellada excusa, mi reacción una vez que el Sr. Juez me concedió la palabra, fue increpar lo dicho, debido a que más bien lo manifestado ponía en evidencia la solvencia económica del mezquino alimentante, pasando a solicitar se extendiera por tal motivo la respectiva boleta de encarcelación. Pero existió algo que me llamo mucho más la atención; y, fue la reacción de mi cliente, debido a su gozo y algarabía cuando ello sucedía.

Si bien es cierto el comportamiento irresponsable del alimentante es reprochable e injustificable, también fui testigo de cómo una mujer lastimada tomaba venganza por un groso error de faldas cometido por el insensato en el pasado; esto porque, la defensa técnica del alimentante propuso una fórmula de pago a las pensiones adeudadas, y al consultarle de forma reservada a mi cliente, si se encontraba de acuerdo o no con lo propuesto, su respuesta fue ¡no acepte Dr. yo lo que quiero es verle preso a este infeliz! Claro y como era de esperarse y al no existir un acuerdo la autoridad jurisdiccional dictamino como se procedería con el mencionado pago.  

Mensualmente, cientos de familias transitan a diario por los juzgados de familia, tramitando dolorosos y desgastantes procesos judiciales, en muchos de los casos utilizando a los vástagos cual trofeo para hacer la vida imposible del ex ser amado. Pero ¿y nos hemos preguntado cuánto daño produce esto en nuestros hijos? Claro y sin dejar de anotar el hecho de que, en la mayoría de casos y por no decirlo todos, los únicos perdedores siempre serán ellos.

En muchas ocasiones el ser humano cree tener la razón (síndrome de hubris), o también luchamos por esa inapeable necesidad de dañar a quien daño nos causó, sin darnos cuenta que con esto afectamos a un tercero, al que para el colmo las dos partes en conflicto aman, amigos hoy estamos en una época donde de pronto el bajar un poco la guardia; y, brindarles algo de tranquilidad a sus hijos, sea el mejor regalo que en durante este tiempo, se les pueda dar.  Una Feliz Navidad para todos. (O)

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