Los decretos ley / Eco. Diego Proaño Córdova

Columnistas, Opinión

Una vez en ejecución la Muerte Cruzada aplicada por el Presidente de la Republica mediante decreto 741 y con una convocatoria a lecciones por parte del CNE para el 20 de agosto de este año, el mandatario tal como le permite la ley, ha comenzado a presentar los denominados decreto ley, asumiendo las dos funciones del ejecutivo que promulga decretos y del legislativo que aprueba leyes, por lo que ha presentado a la Corte Constitucional el decreto ley (un mix de las dos funciones del Estado) que plantea una reforma tributaria específicamente en temas de reducción de impuesto a la renta, del sistema RIMPE, e impuestos a los pronósticos deportivos y espectáculos públicos que a decir del presidente Lasso devolverá 200 millones de dólares a los bolsillo de la clase media ecuatoriana, que lamentablemente con la Ley de Desarrollo Económico planteada por el mismo gobierno, le quito recursos a miles de familias este año.

El otro decreto ley que acaba de presentar pretende promover la constitución de zonas francas que promuevan inversión nacional y sobre todo extranjera, mediante mecanismos de producción en sectores delimitados previamente, acopio de productos, logística y exportaciones, en condiciones ventajosas tributariamente hablando, por lo tanto, fortalezcan los sectores productivos desde territorio, el empleo, el comercio exterior, en definitiva, el bienestar de todos. Si bien estos decretos ley han sido enviados a la Corte Constitucional que por el momento actúa de colegislador, empero es una alternativa del ejecutivo para tener instrumentos legales que permitan el desarrollo y dinámica económica del país y el cumplimiento de su plan de trabajo Creando oportunidades, que en honor a la verdad desde la Asamblea Nacional no se cumplía ese rol para beneficio de los ciudadanos, por el bloqueo permanente de cualquier proyecto de ley.

Es necesario que estos decretos ley, ayuden a reactivar la economía nacional, atraer la inversión extranjera, aumentar la recaudación fiscal, a fortalecer la dolarización, pero sobre todo a elevar el bienestar de la sociedad, si esa es la meta final, muy bien aun cuando se debió esperar 2 años para aquello. (O)

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