Limpias se conservan en tradición indígena

Interculturalidad
La limpia se hace en días y horas específicas para liberar las malas energías. (Foto El Heraldo)

Limpiar el alma y espíritu en forma permanente es casi obligación para los habitantes del pueblo Salasaka. Este ritual con la participación del ‘shamán’ se mantienen por varios siglos y hoy se lo hace en el sector de ‘Punta Rumy’ en la comunidad de Huasalata.

En este sitio existe una roca que se ha vuelto sagrada para los indígenas. “Hacerse la limpia en este lugar es sinónimo de buena suerte, porque las malas energías salen del organismo”, dice Patricio Jiménez, oriundo de la comunidad.

En la limpia se utiliza diversa clase de hierbas: romero, ortiga, santamaría y ruda. Además, dos piedras de río y licor que contribuyen para que este rito esté enmarcado en las tradiciones milenarias.

Según Jiménez, ‘Punta Rumy’ está ubicada en zona estratégica, ya que está en el centro de los volcanes y de la ‘pacha mama’, lo cual ayuda para que la limpia de purificación sea completa.

Turistas nacionales y extranjeros que visitan Huasalata pasan por esta experiencia. “Cada limpia demora alrededor de 30 minutos. Es el tiempo adecuado para lograr que las energías negativas salgan”, enfatizó.

Para llegar a ‘Punta Rumy’, los visitantes caminan por cerca de 10 minutos a través de un sendero y mirador que facilita observar  el ambiente natural de la parroquia.

Jiménez aspira a conseguir el apoyo de las autoridades para que estas costumbres ancestrales no se pierdan. Anhela crear verdadera ruta turística para que la gente conozca una parte de la historia de este pueblo.

Salasaka es parroquia del cantón Pelileo de la provincia de Tungurahua. La lengua es el ‘Runa Shimi’ (Kichwa) y el castellano como segunda lengua.

El grupo étnico de los indígenas Salasaka es el más importante de la provincia y ocupan aproximadamente 20 kilómetros cuadrados.

Sobre su origen algunos consideran que son descendientes de antiguos mitimaes procedentes de Bolivia. Otros estudios plantean un parentesco con los Puruháes. Actualmente se considera que su población supera los 15 mil habitantes. Están organizados en alrededor de 18 comunidades.

La vestimenta de los hombres consiste en camisa y pantalón blanco de lienzo, un poncho negro largo y angosto y un sombrero de lana de color blanco adornado con una cinta de color rojo o verde, alpargatas de cabuya o descalzos. 

La mujer utiliza una falda negra, sujeta con fajas y colores follones, fachalina negro con morado, blusa blanca con decoraciones de color morado.

En Salasaka hay construcciones de barro, madera y teja. Está relacionada con mingas, donde los vecinos ayudan y contribuyen con materiales y fuerza de trabajo. 

La agricultura, ganadería y artesanía inician a temprana edad. Un aspecto muy característico de los Salasaka son sus exquisitos tapices, que son tejidos a mano en telares antiguos. 

Muchos de los diseños muestran diversos aspectos de sus vidas; también tejen ponchos, suéteres, bolsos, sombreros y otros artículos. (I)

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