Libros y regalos / Luis Fernando Torres
Los libros ocupan un segundo plano entre los regalos de Navidad. Más gente acude, en esta época, a las licoreras y a las jugueterías que a las librerías. Sin embargo, todavía permanece la costumbre de obsequiar un libro en la Noche Buena, aunque, en estricto sentido, la fecha para los intercambios de regalos sea otra.
En los libros leídos y obsequiados están las explicaciones de las conductas humanas de los lectores, de quienes los obsequian y, por cierto, de los libreros que los recomiendan.
Elena Arbues, personaje central en la novela El Italiano de Pérez Reverte, hizo lo que hizo para ayudar a los italianos frente a los británicos, en la segunda guerra mundial, por las innumerables vidas que había podido vivir gracias a sus variadas lecturas. En los libros adquirió la dimensión de los problemas, así como la capacidad para entender la naturaleza de las perdonas comprometidas con grandes causas. En la historia real Elena existió. En la guerra fue librera en Algeciras y cincuenta años después, en Venecia.
Los índices de lectura de libros están a la baja, mientras suben los de mensajes y noticias en redes. En la sociedad líquida de la rapidez resulta difícil que alguien le dedique tiempo a la lectura atenta de un libro en formato digital o escrito.
Los libreros ecuatorianos, en todo caso, están optimistas porque ha aumentado, en diciembre del 2020, el número de compradores, con relación al año pasado.
El obsequio de un libro en esta Navidad sería una señal de querer encontrarse con historias y el tiempo para descubrirlas. (O)