Léxico de artefactos cerámicos y objetos culturales de Pujilí / Pedro Reino Garcés

Columnistas, Opinión

Este resumen lo  he preparado tomando como fuente una tesis de licenciatura, de 213 páginas, de las que se hacían en la Facultad de Ciencias de la Educación de la Universidad Técnica de Ambato. Corresponde al año 1991. Han investigado Edgar Vicente Herrera Jiménez, Rosario Soledad León Albán y Eugenia Piedad León Segovia, bajo la dirección del Lic. Estuardo León.

El trabajo de campo lo han realizado en dos sectores del cantón Pujilí, de la provincia de Cotopaxi: la parroquia “La Victoria”, antiguamente llamada Mulinlibí (en lengua quitu-pantsalea) y su caserío “El Tejar”. Dentro de un paisaje más bien seco y arenoso señalan que existe un colegio técnico agropecuario, y “apenas tiene una escuelita pequeña”. Desde un punto de vista externo, uno piensa que debería existir un colegio que ayude a desarrollar  la artesanía de alfarería que está en manos de la comunidad. Todo lo hace la gente por su propio esfuerzo. Triste realidad de nuestros poderes que manejan la educación.

En la tesis dicen los investigadores que los habitantes del sector hacen “la fiesta de la cerámica en época de carnaval”. Últimamente, por estos años 2020, en finados, las fiestas de 1 y 2 de noviembre, todo el pueblo de la Victoria se llena de artesanías de cerámica y recibe riadas de turistas que aprecian la producción y su creatividad.

Los objetos

Mediante búsqueda de léxico dialectal, como ejercicio de geografía lingüística, el trabajo vincula términos ligados a las figuras que fabrican y expenden. Son zoomorfas, fitomorfas, antropomorfas que se combinan con los objetos utilitarios de cocina y vajillas. La remembranza ancestral sale a flote de modo indudable. Yo diría que en los objetos que se muestran aparecen sincretismos curiosos, como el mismo danzante, las deidades aborígenes por medio de expresiones y detalles de las vasijas, las caras de los animales y muchos elementos que parecen como de una juguetería interminable.

A la época de la investigación, objetos puramente de adorno, son limitados. Más bien existe un pensamiento de “utilidad”. Por ejemplo, hasta la imagen de una gallinita, de un burrito o de un perro, era una mini alcancía.  En las más grandes, con mayor razón.

Yo pensaba que había más términos de nuestro pasado lingüístico en estas áreas, pero ha sido una equivocación. La gente va perdiendo su imaginario en la lengua. Por eso  diré que el trabajo tiene muchos términos ya en español. Claro, la tesis va para finales del siglo XX.

Sin embargo, consigno en este resumen cosas etno antropológicas y explicaciones léxicas que me han parecido particulares de la región. Comprendemos que  con el mismo léxico hispano, la particularidad del objeto hace que aparezcan con definiciones curiosas, como aquello de llamar “portaleche” a una jarra de forma singular.    

Proceso de elaboración de objetos cerámicos

Se sigue el siguiente proceso:

Moldeado: 1.- Una vez que el barro es acarreado de las minas, en camionetas, se pone a secarlo.2.-Una vez seco se procede a golpearlo con un mazo de regular tamaño para triturarlo en debida forma.3.- Se procede luego al amasado mezclándolo con agua. Este material selo deja podrir por un tiempo que va de un día hasta un mes. Según el caso.4.- Esta mezcla se lo vuelve a triturar con agua, con los pies sobre un cuero de vaca o de lobo marino. Se debe evitar que se mezcle con tierra.5.-Para poner en el molde se va cortando la masa grande con un alambre, según la necesidad y naturaleza del objeto a confeccionar.6.- El resto de la masa se cubre con plástico para evitar que se seque y se tenga que volver a realizar el proceso.7.- La masa colocada en los moldes se ajusta con los pulgares para que tenga  una correcta impresión en el molde.8.- Realizada la impresión, se separan cada una de las hojas o partes del molde, para luego recortar en forma cuidadosa los sobrantes del molde. A estos restos se les llama tignas.  9.- Se juntan las partes del objeto.

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