LAS LUMBRERAS AL PODER / Mauricio Calle Naranjo

Columnistas, Opinión

Es importante destacar, los lineamientos que Platón (filósofo griego) dejó para las modernas sociedades en su libro “La República”. Actualmente pocos habrán leído este clásico de la literatura, pero indispensable para quienes desean aprender lo que es la política y todas las variables que trastocan a la utopía de un Estado perfecto versus a la realidad nefasta de los autodenominados políticos. En una breve síntesis de los aportes de Platón, es el paso a paso de como estructurar un Estado gobernado por gente ilustre, preparada, justa, honesta y de alma noble. Gobernantes que sean seleccionados en varios filtros y que aprueben etapas de aprendizaje en ciertas materias que servirán con el objetivo de guiarlo en la permanente búsqueda de la justicia y la sabiduría.

Indudablemente, si Platón conociera a los actuales candidatos a las seccionales del 05 de febrero, estoy seguro que entristecería al punto de caer en la melancolía que tanto criticaba de los poemas de Homero, al ver la tragedia de postulantes, lumbreras que codician diferentes cargos. Nuevamente ocurre un fenómeno en el país, donde la afirmación de Voltaire es totalmente verdadera, “debe ser muy grande el placer que proporciona el gobernar, puesto que son tantos los que aspiran a hacerlo”.

Es imperativo que suceda un milagro o una catástrofe social para que el ecuatoriano conciba el gran valor que tiene el sufragio de forma consciente. Pues no podemos engañarnos, ya que a muchos no les interesa la política, sin embargo, son los primeros que se quejan de los malos gobernantes. El pueblo necesita urgentemente inculcarse en la importancia del plebiscito y de las políticas públicas que hacen una buena administración. Al parecer, los candidatos actuales son el producto de un pueblo que vive en una eterna resaca y apatía por el conocimiento y la justicia. A la sociedad le interesa más las novelas de narcos que del acontecer político. Y debido a esto, el Ecuador tiene a los candidatos que se merece; candidatos embriagados de ambición por el poder.

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