La universidad frente a la situación política y social

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La universidad ecuatoriana de manera seria, profunda y con responsabilidad debe estar presente en el debate en los actuales momentos. (Foto Pucesa ) 
 

La actual situación política y social que registra el país incide en la necesidad del pronunciamiento desde la academia y compartir reflexiones del papel de la universidad ecuatoriana. 

Para el prorrector de la Universidad Católica sede Ambato (Pucesa), Jorge Núñez Grijalva, “es necesario recordar el rol que la sociedad asignó a las instituciones de educación superior, respecto a su pertinencia y compromiso con el país, mención que por lo menos debe abarcar dos temas puntuales: primero, aquel que exige la nueva visión de la responsabilidad social universitaria; y, segundo, el relativo a la pertinencia de la universidad dentro de la sociedad”.

El debate sobre la pertinencia social de la universidad no es tema nuevo. “Recordemos solamente a Ortega y Gasset, quien en su obra Misión de la Universidad (1930), ya destacaba la necesidad de que la universidad, introduzca ideas nuevas y promocione el espíritu crítico sustentado en el conocimiento”. 

Universidad y bienestar

Las universidades pueden convertirse en actores claves para que la sociedad alcance nuevos niveles de bienestar, mediante modelo sustentado en el conocimiento y complementado con valores humanos tomando en cuenta las funciones cardinales (docencia, investigación y vinculación con la sociedad) establecidas en la Ley Orgánica de Educación Superior (LOES).   

Luego de este necesario marco introductorio, es menester decir que, en la grave situación actual de Ecuador, la universidad está en plena capacidad de cumplir su rol; entonces ¿en qué consiste esta función social de la universidad?, pues, en tres actividades de corte social. Primera, contribuir de manera sistemática con orientaciones técnicas de fácil entendimiento para la población, relacionadas con los diversos temas del quehacer diario del ciudadano (situación de la economía, formas de generar empleo y producción, ideas prácticas para la conservación del ambiente, nutrición y salud, educación, derechos humanos, entre muchos otros). Segundo, convertirse en órganos de consulta y opinión calificada y seria, capaces de colaborar junto al Estado (central y local), a los diversos sectores sociales, y a los gremios productivos, en la búsqueda de soluciones a los temas de la problemática nacional. Tercero, aportar con acciones cívicas situadas más allá de las tradicionales acciones de solidaridad y vinculación con la sociedad.  

El diálogo, la salida 

Dentro de las acciones cívicas se encuentran, por ejemplo, la oferta efectuada por la Pontificia Universidad Católica del Ecuador, Universidad Central del Ecuador, Escuela Politécnica Nacional y Universidad Politécnica Salesiana de convertirse en espacios de diálogo entre el Gobierno Nacional y los grupos sociales protagonistas de la paralización, con el propósito de alcanzar la solución pacífica a la crisis. 

“Por lo expuesto, hoy más que nunca el papel de la universidad ecuatoriana debería ser visibilizado de manera más amplia, permitiéndole colaborar cívicamente desde este nuevo ángulo analizado y participar en calidad de mediador, en el indispensable diálogo político que debería construirse sin pérdida de tiempo para restablecer el clima de armonía, trabajo y paz, que demanda con urgencia la nación y todos sus habitantes”, añadió. (I) 

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