Gobernación bajo control indígena / Editorial

Editorial

Era de esperarse que la Gobernación de Tungurahua fuera ocupada por los indígenas, dado que antes ya habían sido ocupadas otras gobernaciones del centro del país.

La ocupación no tuvo consecuencias fatales que lamentar. Más allá de los gases y los forcejeos con las fuerzas del orden, la toma del emblemático edificio de las calles Sucre y Castillo, no fue traumática.

Los indígenas han ofrecido que van a mantener en buen estado el edificio y confiamos que así será, y que la devolución de las instalaciones se realizará cuando termine el conflicto.

Se ha conocido que pronto podría rehabilitarse el servicio de agua potable en Ambato, por decisión propia de los dirigentes indígenas. Si eso ocurre los ambateños tendríamos una buena noticia.

Es plausible que ya se haya permitido que los canales y las radios que tienen sus antenas en el Pilishurco, puedan operar.

Esperamos que el Gobierno escuche a los indígenas y llegue a acuerdos que devuelvan la tranquilidad a todos. 

En la dirigencia indígena local existe la madurez suficiente para que la protesta sea un justo reclamo ante una medida precipitada del régimen. (O)

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