La sequía y sus efectos

Editoriales

La etapa de profunda sequía se extiende por todos los lugares del planeta, después del invierno intenso, de los fríos y los vientos que afectan desde muchos aspectos de la vida cotidiana de la gente; estos hechos son más notorios en la actualidad que en épocas pasadas. La globalización de las anomalías se extiende en forma vertiginosa con efectos nefastos.

Este fenómeno de la naturaleza ha comenzado a generar sus consecuencias negativas, con la disminución notoria de los caudales de agua, destinados para el uso doméstico y para el riego de los campos que se traducen en incomodidades y pérdidas económicas a la gente común y al erario nacional y seccional.

Es indispensable que las autoridades competentes aceleren las gestiones para aliviar, aunque fuere en forma parcial, las consecuencias de la prolongada sequía, que no sólo se avisora, sino que ya es una realidad que se siente en el día a día. En consecuencia, se debe cuidar las fuentes de agua en sus orígenes para evitar la disminución de los caudales al igual que la aducción no sufra detrimento alguno.

El agua para el servicio doméstico en la ciudad y en los sectores rurales merece atención esmerada para evitar racionamientos o suspensiones. El agua de riego no puede ser desatendida, los canales deben permanecer limpios. Debemos pensar que el agua en nuestra provincia es escasa, que es vital para los seres vivos y que no puede ser desperdiciada. (O)