LA REFERENCIA EN LOS NEGOCIOS SON VANAS? / John Tello Jara

Columnistas, Opinión

Para rentar la casa, tan solo se dejaron convencer de la “aparente inocencia” que reflejaba su mirada, sumado a la enfermedad incurable de su esposa, a las manos callosas y al carro enlodado para “sacar las frutas de su hacienda”, en fin,  sus argumentos físicos fueron más que suficientes para despreocuparse en solicitar las referencias de rigor. 

Al pasar el tiempo, se presentó un solo, tan solo un pago del arriendo y, por más que todo el proceso fue legalizado en las instancias correspondientes, no cancelaron nada por cerca de nueve meses, se constató a los tres meses, una casa destruida por los seis perros que allí pasaban, un olor desagradable de la casa por doquier que se quería acceder, eso sí, el pago de los servicios básicos al día, para evitar que les retiren cualquier medidor.

Después de iniciar un proceso legal, llegar casi a la agresión física, se pudo “recuperar la vivienda” para nunca más ponerlo en arrendamiento.  Pero qué pasó con las referencias? nunca se lo utilizó?; era necesario conocer el sitio, la casa anterior donde residían, escuchar la opinión de los vecinos, del señor de la tienda (fueron estafando al tendero y a un maestro carpintero), estudiar su pasado judicial, las matrículas de los carros (tenían un carro con la placa de otro).

Aprendemos  lecciones todos los días, pero es fuerte cuando cuesta mucho dinero las enseñanzas, especialmente ahora que los dólares escasean y faltan fuentes de trabajo. Después nos enteramos que estos “angelitos” se dedicaban a la estafa en arriendos y toda clase de negocios que se ponían al frente de ellos.

Solicitar referencias, no solo es un requisito el día de hoy, es una necesidad apremiante cuando se trata de hacer negocios especialmente con gente extranjera que pulula todos los días en nuestro país; al inicio todo parece haber salido de un cuento de hadas, pero a medida que pasa el tiempo y al darnos cuenta el incumplimiento de lo ofrecido, lamentamos no haber negociado con alguien conocido, que sea de la localidad o que conozcamos al menos donde vive su familia;  tomen mucha atención y por más que apremie la necesidad del negocio, pida referencias, investíguelos en redes sociales, revise antecedentes  y solo allí proceda a negociar.

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