La paradoja del barco de teseo 

Columnistas, Opinión

Cuenta una leyenda que el barco en el que Teseo volvió de Creta después de haber matado al mítico Minotauro fue conservado por los atenienses durante muchos siglos y que poco a poco fueron reemplazando las tablas viejas por otras más nuevas a medida que se iban desgastando. La paradoja plantea lo siguiente: Si reemplazamos todas las piezas del barco ¿seguimos teniendo el mismo barco? Si con las piezas viejas construimos otra vez un barco idéntico ¿cuál es el barco de Teseo, el viejo, el nuevo o ambos? 

Este famoso enigma que propone una cuestión intrigante sobre la identidad y la continuidad en el tiempo pretende ser explicada filosóficamente preguntándonos ¿qué hace que algo sea lo que es? En el caso del barco de Teseo, la identidad del barco parece estar vinculada a su función y su relación con Teseo, sin embargo, si todas las partes del barco son reemplazadas, ¿sigue manteniendo esa identidad original? Además, ¿cuándo exactamente el barco deja de ser el mismo barco: después de reemplazar la primera pieza, varias piezas (¿cuántas? ¿cuáles?) o todas las piezas? ¿O sigue siendo el mismo barco debido a su conexión histórica y cultural, a pesar de los cambios físicos? 

Esta paradoja desafía nuestras intuiciones sobre lo que hace que algo sea lo que es, a la vez que explora conceptos fundamentales sobre el cambio, la permanencia y la esencia de la identidad; conceptos y desafíos que también pueden ser estudiados a la sombra de la actual corrupción narco política en el Ecuador y que de manera similar nos plantea una nueva paradoja.  

Al igual que las piezas del barco que se reemplazan una a una, los actuales políticos también serán ‘reemplazados’ por nuevos en un futuro próximo. Pero a pesar de estos cambios, la corrupción podría persistir porque aunque los actores individuales serán otros, la esencia del problema, es decir, la corrupción arraigada en el sistema podría seguir siendo la misma. Una especie de gatopardismo de corrupción en el que cambia todo para que no cambie nada, he ahí la paradoja. 

Por eso la importancia histórica que tiene el presidente Daniel Noboa de exterminar hoy mismo y de raíz el narcotráfico que ha contaminado a todo el aparato estatal ecuatoriano, de forma que todas y cada una de las piezas originales (aunque podridas, muy bien identificadas) vayan a purgar sus penas tras las rejas y no sirvan nunca más de modelo para nuevos corruptos. 

Ahora, si me permite, para finalizar con un toque de picardía filosófica y en base al enigma de Teseo, voy a plantearle otra paradoja que espero no termine causándole una crisis existencial. A estas alturas de la vida, absolutamente todas las células de su cuerpo han sido reemplazadas por células nuevas ¿es usted entonces la misma persona que cuando nació?  (O)

mariofernandobarona@gmail.com 

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