La pandemia, la crisis económica y la emigración / Juan Diego Valdivieso Rowland

Columnistas, Opinión

La pandemia ha golpeado con fuerza a Ecuador y a América Latina. La crisis económica causada por las restricciones impuestas al trabajo, la movilidad y la producción, para “frenar el avance del Covid-19”, han afectado gravemente la economía de Ecuador y de la región.

“La región se encuentra en una encrucijada. El retroceso de conquistas sociales que tanto costaron corre el riesgo de volverse permanente a menos que se lleven a cabo reformas enérgicas”, señala el vicepresidente del Banco Mundial para América Latina y el Caribe, Carlos Felipe Jaramillo.

Un informe del Banco Mundial estima que 4,7 millones de personas en América Latina y el Caribe ya no son de clase media. “En Ecuador la clase media se redujo del 33,3 % al 30,4 %. Esta estimación del Banco Mundial incluye en este grupo a la población con ingresos per cápita de entre USD 13 y USD 70 por día. Mientras que en las proyecciones de pobreza del informe se indica que el país subió del 25,4 % en 2019 a un rango entre 29,5 % y 31,9 % en el 2020”, según El Universo.

En Ecuador más del 40 % de los hogares reportaron tener adultos que tuvieron que saltarse una comida en los últimos 30 días. Casi la mitad de los hogares ecuatorianos informaron haberse quedado sin alimentos en el último mes debido a la falta de dinero. Asimismo, casi la mitad de los miembros del hogar en Ecuador necesitaban, pero no podían acceder a servicios médicos durante la cuarentena.

En las últimas dos décadas, el número de personas que viven en la pobreza en la región se redujo a la mitad. Sin embargo, ahora la clase vulnerable es la más grande, pues creció a 38,5 %, mientras que la clase media se redujo a 37,3 % de la población y los pobres representaron el 21,8 % de la población.

El 54,4 % de los trabajadores de la región opera en el sector informal. Nueve de cada diez trabajadores que viven en la pobreza se encuentran en el sector informal, y casi un tercio son empleados autónomos.

Con estos antecedentes, es evidente que la población busca ganarse la vida y buscar el “sueño americano”. Por ello, existe una creciente emigración hacia los EE. UU. La mayoría lo hace de forma irregular y pagando montos exorbitantes (entre USD 12.000 y USD 17.000 por persona) a los coyoteros.

Según El Comercio, en abril y mayo pasados, desde Ecuador salieron a través de la ruta de Chichén Itzá, en Yucatán, México, cinco vuelos con un promedio de 155 viajeros cada uno. En este mes ya se registran cuatro vuelos a ese destino.

Una vez en Chichén Itzá, los migrantes y los coyoteros escogen varias rutas ilegales hacia Estados Unidos: por vía marítima hacia Miami o viajes internos antes de pasar la frontera y así tratar de llegar a Texas.

Por buscar un esquivo sueño americano, 143 ecuatorianos han desaparecido en la frontera mexicana. Allí existe trata de personas; abusos policiales, de los coyoteros y de los narcotraficantes; secuestros; violencia sexual; asesinatos y demás crímenes.

Si usted decide emigrar, piense que con esos mismos doce mil dólares o más, puede montar su propio negocio en Ecuador, mejorar su calidad de vida y evitar morir en el intento de llegar al país del norte, donde las oportunidades son limitadas y la vida también es dura. (O)

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