La importancia de los detalles / Mario Fernando Barona

Columnistas, Opinión



Alguna vez escuché que para alcanzar el éxito es más importante un hombre con voluntad que un hombre inteligente. Si de verdad hay voluntad para hacer algo, no habrá obstáculos insalvables, y más si necesitamos de ella en momentos de dificultad y apremio. En una relación de pareja, por ejemplo, después de una discusión tensa, cuando sin pensar (o sin querer) se han dicho groserías y cosas feas, si uno de ellos realmente tiene la voluntad de amigarse de nuevo, no es necesario decírselo explícitamente, muchas veces los pequeños gestos o acciones dicen y hacen más que mil palabras. Prepararle un café, encender la televisión con su programa favorito, anticiparse con las tareas de la casa, en fin, no ha dicho absolutamente nada, pero ha hecho lo suficiente como para abrir el camino a una reconciliación pacífica y plena. Pero si hay voluntad, porque si no la hay, a lo mejor pasarán los dos días y semanas sin hablarse.

Este ejemplo doméstico aplica perfectamente para todo en la vida, y claro, como suelo apuntar con frecuencia, también para la política. El presidente Lenín Moreno, en medio de sus aciertos y errores en el manejo de la crisis, ha tenido un gesto -porque no es más que eso, un simple gesto- muy plausible, ha dispuesto bajar su sueldo a la mitad, del vicepresidente y de todo su gabinete, y ha instado a la Asamblea Nacional a hacer lo mismo con cada uno de los representantes de la patria.

Todos sabemos que los graves problemas del país no se van a solucionar con esta medida, pero es un gesto importante, invaluable, desprendido que en medio de tanta tragedia viene bien y sobre todo dice bien de quien la aplica.

Sin embargo, los asambleístas (a excepción de algunos sensatos, incluidos varios de Tungurahua) se han opuesto señalando que son “medidas populistas y que no resuelven los problemas macro del país”. Finalmente, parece que el ente legislativo también irá por la reducción, aunque a regañadientes.

La vida se compone de detalles que son como los ladrillos de una casa: la suma de cada uno edifica hermosas realidades. Pero esos detalles o gestos bonitos, nacen de la voluntad sincera y noble de mejorar las cosas. Qué interesante habría sido que la propuesta naciera de la misma Asamblea y que por unanimidad la hubieran aprobado. Ese solo gesto habría ayudado muchísimo para su deteriorada imagen al dar una lección de solidaridad, madurez y verdadero sentido de patria al Ecuador entero. (O)

mariofernandobarona@gmail.com

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