La Iglesia de Santo Domingo / Luis Alfredo Silva Zambrano

Columnistas, Opinión

La Iglesia de Santo Domingo, de nuestra ciudad, en la década de 1.940, se encontraba en la esquina formada por las calles Pedro Fermín Cevallos y Juan Montalvo. Adjunta existía una plazoleta, que se utilizaba para lanzar globos y fuegos pirotécnicos, donde también, una banda de pueblo alegrada el ambiente, en los días de fiesta.

En esa época, la iglesia tenía una construcción simple, sin adornos, pero presentaba una original arquitectura religiosa. Poseía dos columnas, que bordeaban la entrada principal, sobre la que había una roseta, con lineas redondeadas.

En el frontispicio, se destacaba un torreón cilíndrico con un campanario, que terminaba con una capulina. En la parte posterior, se levantaba una gran cúpula, que estaba sobre el amplio altar mayor.

Frente a la calle Juan Montalvo, la edificación, mostraba una dilatada pared con algunas ventanas y una entrada lateral. Luego, estaba el convento, con un patio central, en el que se encontraba una una gran pila bautismal, de piedra labrada y decorada. Toda la construcción de la iglesia, estaba pintada de color blanco.

El interior, era una gran nave, con un engalanado altar mayor, con varias hornacinas,en las que se colocaba las imágenes de varios santos y vírgenes, al igual que en las paredes. Sobresalía, también, un adornado púlpito, donde los sacerdotes predicaban la palabra de Dios.También existia un coro, donde el maestro de capilla tocaba un órgano, durante la celebración de las misas.

«La Misa de Gallo», que se realizaba a las doce la noche, del 24 de Diciembre, era muy concurrida y alegre; en el coro, se reunían varios niños, para con pitos y panderetas, acompañar, los ritmos de alegres villancicos, interpretados por el maestro de capilla o una orquesta.

Como la gente asistía masivanente a las celebraciones, muchas personas llevaban su propio reclinatorio; un mueble, que servía para sentarse o arrodllarse, cuando el caso lo requería y asi tenían reservado un sitio especial.

Así era, La Iglesia de Santo Domingo de Ambato, en esa época, apacible y hermosa. (O)

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