La fascinación de Humboldt / Verónica Chávez Gómez

Columnistas, Opinión


Humboldt en su afán de conocimiento científico redescubrió un territorio de particular biodiversidad y cultura. Ecuador fue uno de los destinos que más impresionó al botánico y humanista alemán en su paso por Suramérica.

La historia registra que Alexander Von Humboldt llegó a lo que hoy es Ecuador en diciembre de 1802 y aunque un contratiempo de navegación alteró su agenda, él cumplió su imperativo deseo de adentrarse en la mítica Amazonía.

Venezuela, Cuba, la Nueva Granada, la Audiencia de Quito y México fueron recorridos por el alemán en cinco años, tiempo que le permitió aplicar sus estudios de botánica, geología, vulcanología y geografía.

El aporte a la Ciencia de Humboldt es uno de los más valorados en el mundo y es que su investigación es considerada integral, porque no solo se ocupaba de los datos y métodos, él se internaba en la cultura de cada sitio al que visitaba.

Esa inclinación de observador participante lo retó a ser un políglota, hablaba con fluidez francés, español, ruso, inglés y alemán; la experimentación significaba para Humboldt un conocimiento y explicación más amplios del entorno.

El alemán decidió conquistar las cumbres ecuatorianas, ascendió al Pichincha y en dos intentos lo consiguió, luego el coloso Chimborazo que le permitió conocerlo hasta su refugio, la Amazonía también se desveló ante Humboldt.

Los Andes fueron la fascinación del experto, por ello, fue quien dio nombre a esa ruta ladeada de más de 70 volcanes y montañas; La avenida de los volcanes desde entonces, inquieta al ambiente científico del mundo.

Guayaquil, Cuenca, Quito, Riobamba, Guaranda y las Galápagos quedaron registradas en los estudios multidisciplinarios de Humboldt, quien con rigor expuso la rica biodiversidad que estudió y exhortó a la humanidad a su cuidado.

El nacido en Berlín en 1769 que cursó las universidades de Frankfurt, Berlín, Gotinga y en la Escuela de ingenieros de Friburgo, escribió en uno de sus diarios de viaje, su apreciación sobre aquella gente de la tierra del equinoccio:

“Los ecuatorianos son seres raros y únicos: duermen tranquilos en medio de crujientes volcanes, viven pobres en medio de incomparables riquezas y se alegran con música triste”.

En mayo se cumplieron 250 años del natalicio de Humboldt y Alemania lo celebró a escala internacional como tal vez él lo hubiese deseado; con un mensaje de respeto a la naturaleza y a la diversidad cultural de los pueblos del mundo.

Ecuador de entrañas de fuego, piel de bosque y aroma de orquídeas, brazos de páramo y manos de selva recuerda a su amigo que de Europa llegó y se quedó para siempre ¡Feliz aniversario Alexander Von Humboldt! (O)

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