LA ÉTICA Y LA VOCACIÓN EN LA POLÍTICA / Mauricio Calle Naranjo

Columnistas, Opinión

Los cambios entre la política clásica y la moderna giran alrededor del acceso del hombre al conocimiento y la utopía de la lucha contra la pobreza.  Desde la teoría clásica de Platón en la República hasta la edad moderna donde ocurrieron eventos que marcaron la historia como la revolución francesa a finales del siglo XVIII lo cual motivó a Karl Marx y Engels a fin de que el dueño del capital reconozca los derechos del proletariado, han significado cambios importantes en las estructuras del estado y la forma de administrar el poder.

Las transformaciones se explican en la evolución permanente de la “gnosis” del hombre, lo que conlleva al derecho de su individualismo y su libertad, al mismo tiempo resalta la existencia de un grupo que por años ha sido invisibilizado y que sus opiniones nunca eran escuchadas por los gobernantes. Todo esto provoca cambios en las jerarquías y en los grupos que gozan del poder.

Max Weber en la “Política como vocación” describe que, a inicios del siglo XX, la administración de un estado es determinada por la empresa de dominación política, fenómeno que al año 2023 aún está vigente. Weber diferencia entre el político profesional que vive de la política, el funcionario político y el funcionario profesional.  No obstante, deja claro que un político debe tener vocación y su vida se consagraría para la política a modo de actividad honorífica, lo cual es una brecha abismal del político profesional.

Desde este punto de vista, la actividad política donde no existe remuneración queda reservada exclusivamente para patrimonios que sostengan al actor político mientras realiza su quehacer, lo cual desemboca en la plutocracia. Debido a esto, es importante considerar la parte final del texto de Weber, que además de identificar el carisma que todo caudillo debe tener como vocación, sugiere como parte primordial la ética del político, de esta forma se tiene a la ética por convicción o a la ética por responsabilidad, términos que son complementarios y que “(…) han de concurrir para formar al hombre auténtico, al hombre que puede tener vocación política (…)». Solo analizando en detalle los puntos abordados, se esclarecerá una comprensión moderna de la política.

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