La educación entre tantos papeles / Econ. Diego Proaño Córdova

Columnistas, Opinión

La educación en todos sus niveles se ahoga entre tantas horas de llenado de formularios, informes, evidencias, anexos y otros papeles con diferentes denominaciones que consumen al menos el 50% del tiempo efectivo del docente en sus actividades académicas administrativas y hasta parte del tiempo no laboral que roba los espacios de la unión del hogar. Lo penoso es que el fin para el cual se llenan los documentos, no traen mayor valor agregado a la educación en Ecuador, en realidad lo que se busca es cumplir en los plazos rigurosos establecidos, tener las incomodas evidencias y así aparentemente poseer índices adecuados que le permitan a las institución educativa obtener una calificación alta que se refleje en el ranking y en sus indicadores, cuando a la razón de ser de la educación, se deje sin tiempo al catedrático para que pueda preparar su clase, hacer investigaciones que conlleven a solucionar problemas estructurales de la sociedad, hacer vinculación real que ayude a los sectores más débiles y sea el brazo derecho de los gobiernos a todo nivel para sacar adelante al país.

El modelo educativo que se ha implantado en el país, si bien en ciertos ámbitos puso en orden las cosas, empero en la esencia no mejoro nada, es fácil determinar esta aseveración cuando a nivel latinoamericano nuestras instituciones no están en ubicaciones estelares, cuando el grado de escolaridad promedio del país no supera los 10 niveles (tercero de básica), la deserción escolar del 10% sigue siendo alta , el acceso a internet es del 64%, apenas el 40% de los hogares tienen un computador en casa, 90.000 jóvenes ecuatorianos se quedan cada año sin un cupo para estudiar la educación universitaria por falta de cupos en universidades y escuelas politécnicas publicas y peor aun disponen de recursos económicos para la educación superior privada, con altos niveles de desnutrición crónica infantil, trabajo infantil y embarazo adolescente, programas y planes de estudio obsoletos no ajustados a la necesidad social e infraestructura insuficiente entre otros problemas.

Desde el Estado no hay una verdadera política publica ni opciones de incremento de presupuestos que conlleven a tener mas coberturas y dar alternativas a niños y jóvenes para que estudien, se preparen académicamente, ocupen su tiempo en estas actividades y no sean presa fácil en un terreno fértil para crisis sociales como la que vivimos en la actualidad. Que los 4,8 millones de niños, niñas y adolescentes que acuden a la educación inicial, básica y bachillerato, mas los 340.000 alumnos de la educación superior, tengan buenas herramientas para forjar un mejor futuro para el país y que la política pública no siga siendo la de asfixiar con papeles a los docentes sino dar opciones de mejor y mayor tiempo de preparación de actividades netamente académicas investigativas de alto impacto, el país no necesita papeles, necesita lideres y lideresas con muchos conocimientos técnicos, ético y de valores que den soluciones a los graves problemas del país. (O)

ANALISTA ECONOMICO – COACH EMPRESARIAL

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