La dolarizacion está de cumpleaños / Edison Narvaez Z.

Columnistas, Opinión

La Dolarización acaba de cumplir 21 años como moneda de cursos legal en el Ecuador, decisión tomada en un escenario de recurrente indisciplina fiscal, deficientes prácticas bancarias, creciente inestabilidad política e insostenible hiperinflación; circunstancias estas que obligaron a aniquilar el Sucre, moneda que se mantuvo circulando desde 1.884.

Ciertamente en enero del año 2.000 nace la Dolarización mas por necesidad que por convicción; y es que las distorsiones económicas se venían incubando desde la década del setenta en donde aparece el primer boom petrolero que genera endeudamiento, aparición de subsidios, incremento de gasto público y déficit fiscales, irresponsabilidades que continúan en las siguientes dos décadas acompañadas de una enquistada corrupción.

A pesar de actuar en un contexto de indisciplina social, política y económica, la Dolarización se ha conducido de una manera eficiente, reduciendo la inflación a un dígito y eliminando al prestamista de última instancia (Banco Central), que obligó al Sistema Financiero a ser mas eficiente, mantener mayores niveles de liquidez y con ello la consolidación del sistema crediticio. Fue preciso expedir la Ley de Responsabilidad Fiscal que obligaba al estado a generar ahorro, reducir el gasto corriente y limitar el endeudamiento público; sin embargo, la Revolución Ciudadana terminó de desmantelar la misma, aprovechándose del segundo boom petrolero gastó más de lo debido y lo que es peor no se evaluó la sostenibilidad del endeudamiento público, pues la perspectiva de crecimiento económico vía petróleo no se compadece frente al costo del endeudamiento. El Banco Central se convirtió en caja chica del Gobierno Correista y hasta se vendió anticipadamente el petróleo para cubrir el consabido déficit fiscal.

Uno de los riesgos de la dolarización ha sido que el país se vuelva más caro que otros y obviamente no se ha podido vía devaluación controlar este desfase que ha generado problemas de competitividad con el resto de países. Sin embargo, esto no es culpa de la dolarización si desde su implementación sabíamos que era imperativo ser eficientes y productivos para reducir costos, sin embargo, este proceso se ha vuelto ciertamente difícil en una economía caracterizada por el permanente impulso de reformas tributarias que apuntan al pago desmedido de impuestos al sector empresarial.

Menos mal que el gobierno de la Revolución Ciudadana encontró dolarizado al país, pues de otra manera hubieran devaluado y enviado dinero inorgánico al mercado para cubrir las deficiencias económicas. Si estamos en crisis no es precisamente por la dolarización, más bien no hicimos bien los deberes: Generación de Ahorro, Flexibilidad del Mercado Laboral, Tamaño Adecuado del Estado, Sector Privado Eficiente, etc.

Con todo esto, el desafío más grande que enfrenta el Ecuador, si queremos sostener la dolarización, es asumir de forma correcta las lecciones aprendidas de estos 21 años y fortalecer el sistema monetario vigente, con una disciplina fiscal rigurosa, fomento de empleo, flexibilización laboral y apertura de mercados.

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