La construcción de violines más que un arte
Gato Amaru Cabascango Garzón, oriundo de Otavalo, es el único constructor especializado de violines en el Ecuador, la carrera realizó en Alemania y a su retorno construye diversos instrumentos que están dentro y fuera del país.
Recuerda que a los 15 años construyó charangos en Lago Agrio donde aprendió lo básico, ya tenía la iniciativa, su sueño fue aprender y construir violines, en el Ecuador difícilmente lo pudo cumplir.
En el 90 viajó a Europa y se radicó en Alemania, en donde tuvo la suerte de entrar a un taller de construcción de violines y aprender el arte, especializándose en Alemania donde permaneció 24 año, aprendió de manera correcta en un país muy exigente en los trabajos.
Dijo que dio un examen en la Escuela Klingental y después hizo una maestría en los talleres, la Asociación de Artesanos le otorgó el título de maestro en violines.
En el 2000 retornó a Otavalo donde tiene un taller y cuenta con la materia prima procedente de Italia, Rumania y Alemania, de árboles inmensos de los años 1824 a 1829.
Puede construir violines, violas, chelos, también contrabajos, pero el material no lo posee. De acuerdo al modelo que solicita el cliente lo construye.
Ha construidos chelos para el Japón, violines para Estados Unidos, a nivel de Ecuador dos violines en Cuenca, en la Orquesta de Guayaquil y Filarmónica, de igual manera en Quito.
Dijo que trató de implementar una escuela en el Ecuador y nunca fue aceptado, porque no es una institución que funciona de manera simple, por la diversidad de estudiantes se requiere del inglés, para construir un instrumento tienen que saber química, dibujo, historia y mucho más.
En Alemania este arte es una carrera larga de siete y ocho años como una universidad.
Dijo que los músicos latinos o ecuatorianos si se proponen alcanzar metas lo logran. (I)
