La Catedral de Ambato, ícono de la esperanza

Interculturalidad
El 10 de diciembre de 1950 se colocó la primera piedra de la nueva Catedral con la presencia del Presidente de la República Galo Plazo, el arzobispo de la Torre y autoridades del Gobierno, la Iglesia y de la provincia. (Foto El Heraldo)

La Catedral es el símbolo de la fe que ha superado al tiempo, ya que la estructura física que fue destruida en el terremoto de 1949 no ha sido impedimento para que se levantara una nueva donde los feligreses acuden para tener ese encuentro personal con el Creador.

 Según los datos del libro ‘Reseña histórica de la Diócesis de Ambato (1948-1998)’ la construcción de esta monumental obra debió pasar por varias pruebas antes de su aprobación y construcción, en medio de un panorama difícil para aquella época para los sobrevivientes del holocausto.

Los ambateños, como es su característica, han dado muestra de lo que están hechos, su trabajo, empuje y tenacidad han sido las constantes para sobrevivir a las duras pruebas del destino.

De acuerdo a este libro, en esos años estaba como monseñor Bernardino Echeverría Ruiz y como presidente de la República  Galo Plaza Lasso, quienes sumaron voluntades.

De esta forma, Ambato, ciudad cosmopolita sufrió  las consecuencias del sismo del cinco de agosto de 1949 para luego ser reconstruida y ostentar airosa  su singular panorama antropogeográfico, donde el pensamiento, trabajo y alegría la prestigian singularmente en el contexto nacional e internacional. 

La inauguración de la nueva Catedral se realizó el 12 de diciembre de 1954, en acto solemne, con la presencia del Ejecutivo de ese entonces, José María Velasco Ibarra, ministros de Estado, el cardenal Carlos María de la Torre, el Nuncio Apostólico de su Santidad, obispos de todas la Diócesis del Ecuador   y numerosas comisiones provinciales.

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