JUGADOR DE FUTBOL Y HOMBRE DE NEGOCIOS / Edison Narváez Z.

Columnistas, Opinión

El fútbol es un juego de conjunto en donde cada uno de los jugadores aporta con su contingente para que en base a lo planificado por el Entrenador el equipo pueda hacerse de la victoria; y ciertamente, quienes demuestran mayores condiciones y mejores estrategias generan delirio en los aficionados, son los que se llevan el triunfo, y por su puesto arrastran mayor hinchada que sus rivales.

Sin embargo, existen ciertas cualidades exclusivas de algunos jugadores que los hacen únicos y que en determinado momento pueden cambiar el resultado de un partido a favor de su equipo, me refiero a aquellos jugadores con talento y que reúnen algunas características especiales como la habilidad, la pasión, la disciplina; llenan los estadios de aficionados, y hacen que su equipo gane prestigio.

De la misma manera en el campo empresarial, la organización es un equipo de personas que trabajan en función de obtener objetivos comunes; no obstante, evidenciamos como algunos ejecutivos desarrollan con éxito su labor, influyen positivamente en sus compañeros de trabajo y hacen que la empresa experimente tendencias ascendentes en ventas y rentabilidad, desarrollan el prestigio y la imagen empresarial.

El jugador de fútbol talentoso manifiesta un alto porcentaje de habilidad, cuando desde 30 metros dispara el balón y la pone al interior del arco, ó cuando se eleva y al cabecear cambia la trayectoria del balón y la manda a guardar (como dicen los comentaristas).  De la misma manera el ejecutivo competente piensa primero en lo estratégico y después en lo operativo, planifica o prevé el futuro en vez de padecerlo, desarrolla su liderazgo y se adelanta a la competencia, todo esto para satisfacer y generar fidelidad de sus clientes; y esto se traduce en mayores ingresos para la empresa.

La pasión es un elemento fundamental tanto en el fútbol como en los negocios, de hecho, si creemos en algo y estamos comprometidos con ello, la pasión seguirá un curso natural. Es evidente como los jugadores con talento celebran los goles de una manera sui generis e impulsan a los demás integrantes a celebrar los mismos. En la organización quienes manifiestan una actitud pro activa empujan a los compañeros a dar todo de sí para ser leales a la organización y poder cumplir con los objetivos.

La disciplina es un elemento esencial tanto en el fútbol como en los negocios. En el fútbol el jugador con talento sabe que el alcohol, el tabaco y el dormir poco afectan su estado físico y su autoestima. En la empresa, el empleado productivo sabe que estar bien preparado y bien informado le permite desarrollar con éxito la actividad asignada.  El talento del fútbol y el líder de los negocios no espera que lo motiven, saben que la motivación es intrínseca.

Deja una respuesta