Inteligencia y trabajo / JAIME GUEVARA SÁNCHEZ

Columnistas, Opinión

El rol de la opinión pública está determinado por el hecho de que su relación con cualquier problema es extenso. La opinión afecta una opinión pero no controla por si misma el acto ejecutivo.

Generalmente lo denominamos expresión de la voluntad popular. ¿Pero lo es? Vamos a las urnas y marcamos una cruz en la casilla de los candidatos, ¿Hemos expresado nuestros pensamientos sobre política pública de Ecuador, de la provincia, del cantón? El voto es una promesa de respaldo. Es una forma de decir: Yo me alineo con estos hombres y con estas mujeres, en este lado. Me enlisto con ellos. Los seguiré, los aplaudiré, pero también los reclamaré. La fuerza que puedo ejercer está aquí, no allá.

Vivimos una época que tiene sus diferencias positivas y de las otras, si comparamos con las épocas de los partidos tradicionales, motejados como partidocracia, que han desaparecido casi completamente.

Hoy tenemos una serie de movimientos y partidos que además de su denominación novedosa están estructurados, en porcentaje mayoritario, por gente joven. Gente que pertenece a movimientos que van de la A la. Sus postulados tienen similitudes más que discrepancia.

Una vez posesionados de sus cargos, los concejales, por ejemplo, han decidido entregarse a trabajar por el cantón sin que sus afiliaciones políticas constituyan aberraciones para obstaculizar el progreso de la jurisdicción. Pero, como el mundo es imperfecto, no faltará uno que otro rebuscador de fortunas fáciles que haya logrado colarse en la contienda electoral, o ya se encuentre incrustado en la institución.

Un detalle personal que ayudó al triunfo electoral de ciertos candidatos fue su presencia física. La “pinta” del joven y de la joven conquistaron muchos votos. Si además del factor físico, hay inteligencia y trabajo, bien podrían constituirse en factores decisivos de aspiraciones futuras.

Tanto han jugando el positivismo de ciertos triunfadores que a pensar de tener pocos días en el timón de las instituciones, ya hay malas y buenas lenguas que lucubran: “Van a trabajar duro y parejo para llegar allá, arriba, a la Primera Magistratura de la República”…

¡Nada es imposible en el país de Manuelito!

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