Indígenas evangelizados por franciscanos
La presencia de los franciscanos en la provincia y el país ha representado el fomento de la fe en Cristo por medio de la evangelización y el fortalecimiento de la esperanza, señaló el párroco de Jesús del Gran Poder, Abelardo Ainaguano.
La obra de San Francisco trascendió al mundo. En el Ecuador la devoción por el santo patrono empezó en la época de la conquista española, siendo el primer franciscano en llegar Marco de Niza, quien también era cronista.
Los franciscanos asumieron por mandato de la Corona Española el espacio comprendido entre el Callejón Interandino y parte de Oriente Ecuatoriano, donde los pueblos hablaban alrededor de 20 idiomas distintos.
Los religiosos se adaptaron y además dejaron testimonios escritos de las particularidades de la época. En lo que es actualmente Pichincha e Imbabura los indígenas le dieron nombres a varios sectores con la terminación ‘qui’, como por ejemplo, Sangolquí, Yaruquí, Urcuquí, Ambuquí, Cochasquí, Gualsaquí, entre otros.
Con el paso del tiempo los franciscanos lograrían fortalecer la obra misionera con la fundación de la Escuela de Bellas Artes ‘San Juan Evangelista’ que más tarde se llamaría Colegio ‘San Andrés’ en donde educaron los hijos de los caciques.
En Tungurahua los franciscanos fundaron el convento de ‘San Pedro de Alcántara’ en 1561; también cimentaron las doctrinas en San Antonio de Pasa, San Antonio de Quisapincha, San Miguel de Tisaleo donde levantaron capillas y centros de enseñan de pintura, música y gramática para los hijos de los caciques Punina, Chango, Hallo, Tubón, Maliza y Mungabusí.
Después del terreno de 20 de junio de 1698, los franciscanos se establecieron en lo que actualmente es el sector de la Medalla Milagros hasta 1882. En 1950 se radicaron en el sitio actual de las calles Francisco Flor y avenida Cevallos donde trabajan en el ámbito pastoral, agregó el religioso. (I)
