Guamag, un refugio natural en Baños

Cantones, Carrusel

En la vía Baños–Puyo, a tan solo seis kilómetros del centro urbano, se levanta la Hacienda Guamag, un paraíso escondido entre la neblina y los árboles milenarios. Con más de 100 años de historia, esta propiedad familiar se ha transformado en un santuario para la flora y fauna andina, así como en un destino de turismo responsable.

Marcelo Acosta, su administrador y custodio, explica que desde hace dos décadas la hacienda opera bajo un modelo de conservación ambiental. Actualmente, son 207 hectáreas declaradas oficialmente como bosque y vegetación protector por el Ministerio del Ambiente, Agua y Transición Ecológica del Ecuador.

Uno de los mayores tesoros de Guamag es el oso de anteojos, especie emblemática de los Andes y en peligro de extinción. Su presencia en la hacienda ha sido confirmada mediante cámaras trampa ubicadas estratégicamente en el bosque primario y en áreas de neblina. “Verlos es una fortuna, pero saber que están y cuidarlos, es nuestro compromiso”, sostiene Acosta.

La propuesta de Guamag no se limita a la conservación. También ofrece experiencias turísticas que promueven el contacto directo con la naturaleza. “Baños no es solo deportes extremos. Aquí pueden descansar, caminar, aprender sobre biodiversidad y reconectarse con lo esencial”, añade.

Los visitantes acceden a la hacienda cruzando una tarabita que los traslada a otro mundo. Una vez dentro, se encuentran con hospedaje rústico, restaurante con comida local, pesca deportiva, canchas deportivas, zonas de camping y una red de senderos de diversa duración: desde caminatas de 15 minutos hasta excursiones de varios días.

El sitio recibe tanto a turistas nacionales como extranjeros, aunque son estos últimos quienes más valoran el descanso y la tranquilidad que ofrece el bosque. Familias ecuatorianas también llegan en busca de un espacio seguro y natural para compartir.

“Queremos que la gente entienda que la conservación no está reñida con el desarrollo. Al contrario, es la base de una vida sostenible”, concluye Acosta mientras invita a recorrer los rincones de esta hacienda centenaria que late al ritmo del bosque.

La Hacienda Guamag se posiciona como un ejemplo de turismo responsable, donde la biodiversidad no solo se admira, sino que también se protege. (I)

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